El exconseller Santi Vila se apeó del Govern de Carles Puigdemont pocas horas antes del la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). No compartía la deriva que estaba tomando el procés e intentó convencer al exPresident que convocara elecciones autonómicas. Lo cuenta en un libro, De héroes y traidores: el dilema de Catalunya o los 10 errores del procés, que ya va por la segunda edición, tanto en catalán como en castellano. Hace pocos días lo presentó en la Casa del Libro de Rambla de Catalunya ante un auditorio abarrotado.
Liberal, catalanista, moderado, Vila (Granollers, 1973) es el director general de Aigues de Banyoles y profesor universitario, aunque le gustaría volver a la vida política. Pero no parece que vaya a ser a corto plazo. "Me siento en la obligación de dar la cara, de dar explicaciones en lo personal, en lo político, y, lamentablemente, también en lo judicial", cuenta Vila.
Aunque dejó la Generalitat por iniciativa propia, Santi Vila tiene una causa judicial abierta que, dice, condiciona su futuro. "El juez es quien marcará mi calendario inmediato", explica en una entrevista con Metrópoli Abierta. "Ahora mismo no estoy disponible", subraya ante los rumores que lo sitúan como un posible cabeza de lista de Lliures, el partido que preside el exconseller Antoni Fernández Teixidó, a la alcaldía de Barcelona. "La justicia tomará decisiones en los próximos meses y nos fijará a todos los límites de nuestro recorrido político personal".
"Cuando hablo de política con Fernández Teixidó y con otros siempre les digo lo mismo. He de dar la cara ante el juez y ante la opinión pública. Ahora no soy una opción. Si llegáramos a unas circunstancias en las yo hubiera liberado estas variables, podríamos hablar de todo, y es evidente que al margen de las posiciones, me gustaría plantear soluciones y mejoras para la ciudad y el conjunto del pais. Si Barcelona va bien, toda Catalunya va bien", valora.
BARCELONA, CAPITAL TECNOLÓGICA
Vila conoce de primera mano la política local. Antes de formar parte de los gobiernos de Artur Mas y Puigdemont, donde fue conseller de Territori i Sostenibilitat y Cultura, fue alcalde de Figueres durante cinco años. Sobre la gestión de Ada Colau al frente del Ayuntamiento, dice: "Tiene grandes problemas para pasar del activismo a la gestión. Se ha rodeado de buenos colaboradores, pero le ha costado coger el pulso de la gestión".
Doctor en Historia Contemporánea, Vila opina que Barcelona tiene "un problema de afianzamiento en el mundo desde el punto de vista económico" y considera que tiene que reforzar su papel como ciudad de talento, "como capital tecnológica y cultural. Barcelona tiene que ser ambiciosa". Y no cree que Barcelona tenga que competir con Madrid. "Nos equivocaríamos si pensáramos eso. Barcelona y Madrid compiten a esfera planetaria para encontrar su posición estratégica para distinguirse en el mundo en una dinámica de competencia entre grandes ciudades".
Vila defiende la necesidad de que el Estado aumente sus aportaciones en la capital catalana, en los equipamientos. Y a modo de ejemplo en el ámbito cultural cita "la diferencia sideral" que hay entre las inversiones estatales al Museo del Prado respecto al MNAC, o del Teatro Real en comparación con el Liceu. "La solución al procés también pasar por apostar por Barcelona, por creer en Barcelona", sostiene.
Sobre el proceso electoral en Barcelona del próximo año, Vila sostiene que cualquier partido, sea Lliures o el PDeCAT --"donde ahora solo soy un militante de base"-- tendrá que encarar los comicios superando el partidismo y enfocando el debate en clave de ciudad. "Se necesitan personas libres, como lo fueron dos grandes alcaldes, Pasqual Maragall y Xavier Trias". Vila guarda una muy buena relación con Trias, a quien se pudo ver en la presentación del libro del exconseller en la Casa del Libro.
INMOBILISMO DE RAJOY
Vila echa la vista atrás y recuerda últimos los últimos meses políticos en Catalunya como una "experiencia traumática". El exalcalde de Figueres critica el "inmobilismo" y el "ninguneo" de Mariano Rajoy hacia la situación en Catalunya y la "patrificación de la Constitución", que se utilizó como "arma arrojadiza". También subraya que desde el gobierno catalán se cometieron "errores notables". Uno de los más graves fue el pleno del 7 de septiembre, cuando se aprobó la ley de Desconexión, que define como "disparatada".
En De héroes y traidores: el dilema de Catalunya o los 10 errores del procés, Vila recuerda la madrugada del 25 al 26 de octubre en el Palau de la Generalitat. En la Casa del Libro la verbalizó. "Puigdemont quería convocar elecciones autonómicas. El vicepresidente Oriol Junqueras no compartía la decisión, pero la respetaba. Eran las 02.30 de la madrugada y Junqueras pidió al President que convocara las elecciones en aquel mismo momento. ¿A estas horas?, dije. Mejor mañana por la mañana. ¡Ojalá me hubiera callado! Algunos aprovecharon aquellas horas para acusar al President de traidor a través de las redes".
Por la mañana todo cambió, Puigdemont no quiso pasar como un traidor y convocó el pleno en el que se declaró la DUI. "Sin twitter hoy tendríamos Govern y las instituciones catalanas intactas". Probablemente, tampoco habría políticos en prisión, ni en el extranjero. Vila tiene un deseo para este 2018: "Que sea el año de la rectificación, no de la ratificación".