El Gobierno catalán, en su reunión de este martes, aprobó la concesión de las Creus de Sant Jordi (el mayor galardón del Ejecutivo que preside Quim Torra) a personas y entidades que han prestado “servicios destacados a Cataluña”. Uno de los galardonados ha sido el jugador del FC Barcelona Leo Messi, lo que ha despertado una agria controversia en algunos círculos políticos y sociales. Según la portavoz del Govern, Meritxell Budó, el galardón se le había concedido por haber sido propuesto “por el Ayuntamiento de Barcelona, la Secretaría General de Deportes y el Barça”.
NIEGAN LA PROPOSICIÓN
Fuentes del consistorio barcelonés, no obstante, matizan que esta institución no propuso en ningún momento conceder la Creu de Sant Jordi al jugador. “Otra cosa es que el FC Barcelona se haya dirigido a nosotros y le dijésemos que no habría inconveniente. En todo caso, avalábamos la candidatura pero no propusimos nada. Además, no podíamos negarnos a que se hiciese este reconocimiento a un jugador excepcional como Messi, considerado uno de los mejores deportistas del mundo”, subrayan fuentes municipales a Metrópoli Abierta.
Según la consejera de Presidencia y portavoz gubernamental, la Creu le fue otorgada al crac azulgrana “por su fabulosa trayectoria como mejor futbolista de todos los tiempos”. Entre los méritos de Messi figura el encarnar “unos atributos sociales tan primordiales como la humildad, la honestidad, el aprendizaje, la creatividad, el sentido de equipo y el respeto”. Además, subraya el Govern que “ha creado la Fundación Leo Messi, que incide en equipamientos para niños y jóvenes. Ha colaborado con diversos centros hospitalarios de Cataluña. Entre estas colaboraciones, destaca su aportación al Hospital Sant Joan de Déu para la construcción del Pediatric Cancer Center”.
SU PADRE LO MANEJABA TODO
Esos méritos, evidentemente, no se le pueden negar al deportista. Pero la controversia llegó posteriormente: Messi fue condenado hace menos de dos años a 21 meses de cárcel por fraude fiscal de 4,1 millones de euros entre los años 2007 y 2009. Su padre, Jorge Horacio Messi, también fue condenado. Poco después, llegaba a un acuerdo con la fiscalía para sustituir la condena de cárcel por una multa de 252.000 euros. En aquella época, no obstante, quien manejaba sus finanzas férreamente era su progenitor. Algunos círculos sociales –e incluso políticos- hicieron oír sus protestas por la concesión de la medalla al futbolista debido, precisamente a la condena, ya que puede enviar a la ciudadanía un mensaje equivocado. La portavoz de la Generalitat, sin embargo, se negó a valorar la condena y se limitó a subrayar los méritos descritos anteriormente para merecer el máximo galardón de Cataluña.
Pero lo cierto es que este año ha sido pródigo en condecoraciones sospechosas. El Govern también decidió dar su más grande distinción al empresario Josep González, presidente de la patronal Pimec. No sería extraño. Entre los méritos atesorados por González figura, según el expediente de la Generalitat, “su contribución al fortalecimiento del tejido industrial catalán. Su liderazgo ha influido significativamente en lamedora de la competitividad, el crecimiento y la internacionalización del país”. Además, asegura que desde su organización “ha representado y defendido, con gran implicación e imbuido por el espíritu de colaboración y asociacionismo esencialmente catalán, los intereses de las pequeñas y medianas empresas y de los autónomas y autónomas de Cataluña”.
EL EMPRESARIO QUE ESCAPÓ CON SUS EMPRESAS
Lo cierto, no obstante, es que el esfuerzo por fortalecer el tejido empresarial catalán es más bien poco. O nulo: González fue uno de los primeros empresarios que hace pocos años, en plena crisis económica, decidió trasladar sus empresas desde Barcelona a Marruecos, donde la mano de obra es mucho más barata. Así, desarboló su grupo empresarial en Cataluña para montar sus factorías en África. González, sin embargo, ha sido el gran bulldozer del independentismo entre el empresariado catalán y siempre se puso al servicio del independentismo para movilizar al capital a favor de la ruptura e incluso de la vía unilateral.
También son sospechosas las condecoraciones al diseñador Juste de Nin y al exministro de Exteriores esloveno Ivo Vajgl. El primero es uno de los más acérrimos defensores del procés. El segundo es el mejor aliado del independentismo en Europa, hasta el punto de que fue elegido por la ANC y el Govern para presidir la Plataforma Diálogo UE-Cataluña. Precisamente una de los motivos de su condecoración (además de haber declarado en el juicio del Tribunal Supremo por el 1-O a favor de los políticos presos) es formar parte de esa plataforma, “que reúne a eurodiputados del Parlamento europeo y que, aparte de denunciar la vulneración de derechos políticos básicos en Cataluña, aboga por una solución política y negociada para el conflicto entre Cataluña y el Gobierno de España”.
También resulta extemporáneo el galardón concedido a La Trinca, un grupo musical que desapareció… ¡hace 30 años!. Su alma Mater, Josep Maria Mainat, no obstante, es ahora uno de los más fervientes activistas por la independencia. Una de sus iniciativas, por ejemplo, fue la propuesta de realizar una acampada en el centro de Barcelona tras la Diada del año pasado. Su idea fracasó en un principio (porque se pretendía que fuese en la Diagonal, para entorpecer el tráfico), pero luego se vio materializada con la plantada de tiendas de campaña en la plaza de Sant Jaume durante varias semanas.