Gerardo Roca Idelberger es uno de los dos candidatos que se postula a la presidencia del Círculo Ecuestre de Barcelona, uno de los clubs más longevos y conocidos de la Ciudad Condal. Nacido en Mataró hace 56 años, Roca es, al igual que su rival, abogado de profesión.

El aspirante al trono del palacete modernista Casa Pérez Samanillo se presenta en la redacción de Metrópoli Abierta uniformado con traje y corbata, como no podía ser de otra manera. Y es que el club, que ha sobrevivido al paso de los años ajeno a la transformación de la ciudad, mantiene una norma interna que soprende a todo aquél que se acerca a sus instalaciones sin ser socio: no se permite la entrada a su sede de ningún hombre que no lleve puesta una corbata. Ahora, con la llegada de las elecciones --previstas para el próximo 21 de octubre--, la palabra más en boga de ambos candidatos es futuro. Gerardo Roca detalla en la siguiente entrevista sus propuestas y ambiciones de cara al Círculo, con la mirilla puesta en hacerlo avanzar y acercarlo a los barceloneses.  

¿Por qué ambiciona la presidencia del Círculo Ecuestre?

Porque somos el club de Barcelona. Fundado en 1856, el Círculo se ha preocupado históricamente de las cuestiones domésticas y ahora ha llegado el momento de abrirse a la ciudad. Con 270 clubes de correspondencia, ayudamos a promocionar Barcelona y queremos crear eventos importantes. Queremos ser uno de los referentes de la sociedad civil, desde un planteamiento apolítico, para que nuestros 1.500 socios sean embajadores de la ciudad.

Estas son las segundas elecciones del Círculo. Sorprendente.

Desde 1990 sólo ha habido una vez elecciones. Siempre había consenso, pero ahora se ha producido un cambio generacional. Muchos socios nos torpedean con propuestas y queremos aportar un nuevo enfoque al Círculo Ecuestre.

Gerardo Roca durante la entrevista en la redacción de Metrópoli Abierta / LENA PRIETO



¿Cuáles serán sus prioridades si sale elegido presidente?

Mantener el legado y renovarlo. Tenemos una historia muy bonita que no podemos ignorar, sino mantener, pero tenemos que abrir el Círculo a la sociedad, a las mujeres, a los jóvenes y a los profesionales. Queremos una apertura que la gente nos demanda. No podemos ser un coto cerrado y clásico. Queremos promover eventos de todo tipo y que abarque diferentes tipos de sectores, desde startups hasta cuestiones de índole cultural.

¿Cuál es la media de edad de los socios?

50 años. No es una cifra muy alta, considerando de donde venimos. Aun así, queremos incorporar a más gente joven e ilusionada. Para ello el club incluye en sus estatutos el Comité de Nuevas Iniciativas, que organiza sus propios actos.

La sensación hasta ahora es que el club ha estado muy alejado de la ciudad y los barceloneses.

El leitmotiv de mi candidatura es divulgarnos y hacernos ver en la ciudad. La idea es proyectarnos en Barcelona y coordinarnos con otras instituciones, como Barcelona Global. Otro de nuestros objetivos es dirigirnos al colectivo de los expats. Hemos de aprovechar los contactos que tenemos con otros clubes internacionales para realizar actos de promoción de Barcelona.

¿Tiene en mente alguna asociación o think tank de Barcelona con las que el Círculo puede crear nuevas sinergias?

Claramente con el Círculo de Economía, con Barcelona Tech City o Barcelona Global. Podemos hacer cosas conjuntas. Vamos a formar un comité de nuevas tecnologías, llamado CETECH, con el que queremos atraer el talento que no están teniendo en cuenta algunos del club.

¿Asociaciones como Barcelona Tech City y Barcelona Global marcan el futuro?

Que existan igual quiere decir que nosotros no hemos hecho nuestros deberes. Y eso no es peyorativo con ellos, me quito el sombrero. Pero si lo piensa usted, ¿por qué existen y nosotros no tenemos algo así? Con eso se lo digo todo.

¿Le gustaría tener más relación con el actual gobierno municipal?

Por estatutos, el alcalde o alcaldesa de Barcelona es socio honorario del club. Nosotros siempre les hemos invitado. Me gustaría tener a Ada Colau en el Círculo Ecuestre. Le aseguro que si traigo a Colau al club se llena hasta la bandera, porque es la alcaldesa de Barcelona y seguro que tiene algo interesante que decir. Podrás estar de acuerdo o no con ella, pero hemos tenido actos donde las ideas del invitado no coincidían con la de muchos de nuestros socios y aun así suscitaba un gran interés. Por ejemplo, el día que vino Torrent. No cabía nadie.

Hay que ser transversal y que hable todo el mundo. Que hable el del partido que voy a votar es muy bonito entre amiguetes, pero ¿dónde está el desafío intelectual ahí? Lo bonito es que venga alguien que diga cosas que no te gustan. En la distancia corta, por experiencia, te llevas sorpresas cuando hablas con una persona que no es afín a tus ideas políticas y económicas.

¿A un diputado o concejal de la CUP también lo invitaría?

No se me había ocurrido. En los últimos cuatro años hemos invitado a todas las fuerzas políticas.

¿Qué opinión te merece el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell?

No estoy aquí para dar opiniones políticas. La Cámara de Comercio tiene un sistema electoral muy complicado y Canadell ha ganado las elecciones. Hay que respetarlo y pensar que hará lo mejor posible para la institución.

¿Cuándo estaba Miquel Valls había más sinergias con el Círculo Ecuestre?

Muchas personas de la que fue su junta de gobierno son miembros del club.

¿Cómo ha influido el proceso soberanista en su club?

No ha tenido incidencia alguna. Es un proceso que hemos vivido todos y que nos ha afectado de alguna forma u otra. Algunos días hemos tenido alguna dificultad en llegar a nuestra sede por las manifestaciones, especialmente la de la Diagonal y los resbalones ocasionados por las velas que se colocaron en la avenida, pero nada más.

De hecho, representantes soberanistas del Govern y personas destacadas de ERC, como Alfred Bosch, han venido por el club durante el transcurso del proceso soberanista. Tenemos socios que son independentistas. Pero el club no tiene opinión, aunque sus socios pueden tenerla.

Gerardo Roca durante la entrevista en la redacción de Metrópoli Abierta / LENA PRIETO



Usted ha sido secretario de la junta del Círculo Ecuestre en los últimos cuatro años.

Conozco bien la institución desde dentro porque he sido soldado raso toda mi vida. Llevo desde el año 90. He sido indio y no sheriff hasta que entré en la junta de gobierno del señor Alfonso Maristany hace cuatro años. Ha sido mi primer contacto con la parte más ejecutiva de la casa.

¿Cómo están las cuentas del club? ¿Cómo se financia?

Tenemos cuatro líneas de negocio: las cuotas y la entrada de nuevos socios, el servicio de restauración, los eventos y banquetes, y 16 habitaciones que alquilamos y que nos sirven para mantener ese flujo de relación con clubes de correspondencia. En Barcelona podemos ofrecer habitaciones de correspondencia a clubes de otras ciudades y al revés. En Londres, por ejemplo, tenemos acuerdos con 20 clubes y la mayoría tiene hotel. Todo ello nos permite tener nuestras cuentas saneadas y que no seamos un club de derramas.

Maristany podía permanecer cuatro años mas en el cargo. ¿Sabe por qué lo ha dejado?

Tenemos un “sistema americano” con un máximo de dos mandatos de cuatro años. El podía presentarse a la reelección, pero decidió no hacerlo. Esto al final es un esfuerzo: 1.500 socios, 50 empleados, eventos de todo tipo... Es agotador.

¿Cuál es el principal aliciente para presentarse a la presidencia del Círculo Ecuestre?

Un club es algo que tiene que existir. Hay cosas a las que normalmente no tienes acceso en tu vida profesional, para eso sirve un club como éste. Por ejemplo, al Círculo Ecuestre vino la hija de Rojas Marcos a hacer la presentación de su libro ante 300 personas. Yo, seguramente, nunca hubiera tenido ocasión de hablar con ella. Y esa vez, le pude preguntar y escuchar sus vivencias de primera mano. Puede venir un psiquiatra, un químico, un economista, un político.

Al Círculo Ecuestre vino la hija de Rojas Marcos a hacer la presentación de su libro ante 300 personas. Yo, seguramente, nunca hubiera tenido ocasión de hablar con ella. Y esa vez, le pude preguntar y escuchar sus vivencias de primera mano. Al círculo puede venir desde un psiquiatra, un químico, un economista, o un político. En las elecciones invitamos a todo el mundo para que puedan explicar su programa. ¿Dónde tienes esto? Si no existiera el Círculo, lo tendríamos que inventar.

¿Cuáles son sus puntos fuertes, los motivos para que los socios lo voten?

Yo tengo gestión, con experiencia probada en este campo. Procedo de un despacho familiar y lo transmití a una gran firma. Si algo sé es pagar sueldos y gestionar equipos. En mi equipo hay gente muy buena, con capacidad probada en la gestión, algo muy importante para dirigir un club como el Círculo Ecuestre.

¿Cobra el presidente del Círculo?

No. Estatutariamente incluso tenemos prohibido emitir cualquier tipo de factura al club. Ni compensaciones de gastos, ni dietas.

¿Pierde dinero ocupando el cargo?

Pierdes tiempo o, mejor dicho, lo inviertes.

¿Sirve como trampolín de cara a contactos e influencia?

Obviamente ahora soy más conocido que antes. Es verdad que tiene un prestigio social ser miembro de la junta de gobierno y, si eres presidente, más. Eso es un hecho que no voy a negar. Pero dicho esto, ese no es el principal activo. Mi vida profesional está fuera del club.

¿Qué redes sociales tiene?

Linkedin y Twitter. Curiosamente he notado un aumento de tráfico en mi cuenta de Linkedin desde que me postulo como presidente.

Qué opina sobre su rival, Antonio Delgado? ¿Qué activos tiene él respecto a usted?

Mi rival, aunque es más joven que yo, lleva ya 11 años en juntas de gobierno. No podemos hablar, por tanto, de que sea un candidato renovador. Ahora es vicepresidente de la junta de gobierno y yo he sido el secretario en estos últimos años. Los dos somos abogados, pero yo ejerciendo profesionalmente, pagando nóminas, y él como académico.

¿Qué Barcelona ambiciona?

Una Barcelona que crezca, ilusionada. En estos momentos, la ciudad tiene un fuelle que puede mejorar muchísimo. Somos gente novedosa. Fíjese que Barcelona es quinto hub de startups del mundo. Vivimos en una urbe inquieta por hacer cosas nuevas y buscaremos la complicidad de otras instituciones y de la misma ciudad.

¿Cómo está Barcelona posicionada en el mundo?

La visión que hay de Barcelona es muy buena, al margen del problema de la inseguridad. Con la que está cayendo, la visión sigue siendo muy buena. La pregunta es: Si tuviéramos un poco más de tranquilidad, ¿dónde estaríamos?

¿Qué diferencias hay entre los clubes de Barcelona y Madrid?

Nosotros somos otra cosa. Allí hay una necesidad asociativa que en Barcelona solo está reflejada en nuestro club. Madrid es una ciudad administrativa y Barcelona es una urbe comercial. Las mentalidades son distintas, no se puede extrapolar. Nunca tendrás un club de Madrid en Barcelona.

Retrato de Gerardo Roca después de la entrevista en la redacción de Metrópoli Abierta / LENA PRIETO



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