Otra mala noticia. José María Gay de Liébana, economista, profesor de la Universitat de Barcelona y Catedrático, ha fallecido este viernes a los 68 años tras una dura batalla contra un maldito cáncer.
A José María, o JMGDL como firmaba él, lo conocí cuando trabajaba en Diario Gol, que entonces apostaba por la industria del deporte y no era el panfleto que es ahora. Mi primer contacto con él fue precipitado. A la desesperada. Me habían pedido una información sobre la deuda del RCD Espanyol y nadie mejor que él, perico confeso, para solucionar mi problema. O problemón, porque tenía que dar la noticia sí o sí por exigencias del guion. No podía fallar después de una buena bronca.
LLAMADA DESESPERADA
Conseguí su número y esperé respuesta. Estaba en medio de una conferencia y él no sabía quién le llamaba. Tal vez por error cogió el teléfono y le asalté. Me dijo que no podía hablar y le dije que necesitaba una respuesta rápida. “No me falles que me cortan los huevos”, le comenté. Alucinó pero me respondió con una cifra millonaria que abrió la página web del día siguiente. Con una cifra monté una historia. No necesitaba más y un día después, más reposado, le llamé. Nos reímos un rato e iniciamos una buena amistad.
El primer encuentro personal fue mucho más agradable: en la Universitat de Barcelona, a la que acudimos el periodista Gerard Mateo y yo con una batería de preguntas sobre ingresos atípicos, ingresos de televisión, la economía de los clubes de fútbol, las grandes diferencias entre el Barça y el Madrid, etcétera. Su recibimiento fue cordial y más sorprendente fue su definición de Diario Gol: “Periodismo científico”, dijo. Gerard y yo nos miramos, incrédulos, y comenzamos una entrevista que fue una delicia. Él conocía mejor que nadie las cuentas de los clubes de fútbol de la Liga y de los grandes equipos de Europa.
DEUDA BRUTA Y DEUDA NETA
A José María le gustaba más hablar de deuda bruta que de deuda neta “porque la deuda siempre es guarra”, decía con su habitual simpatía. Después te daba muchas pistas sobre los problemas reales de cada club y hace una década ya avisaba de que Florentino Pérez tenía las ideas mucho más claras que Sandro Rosell, entonces presidente del Barça, con quien tenía una buena relación personal. También fue la primera persona que me dijo que la masa salarial del Barça se disparaba y aplaudía la gestión de Javier Tebas como presidente de la Liga. Manteníamos largas conversaciones en su despacho profesional, cerca de la plaza Bonanova.
Gay de Liébana sabía mucho de fútbol y de economía. Y era quien más sabía de las finanzas del fútbol. No me perdía sus informes anuales sobre las cuentas de las grandes entidades y en los últimos años continuamos manteniendo un contacto esporádico. Cuando fiché por Metrópoli seguimos hablando del Barça y del Espanyol, pero sobre todo lo hacíamos de Ada Colau, con quien no sintonizaba demasiado. En todas las conversaciones me explicaba cómo evolucionaba su enfermedad. Sin dramatismos. Al contrario. “En la vida siempre hay que luchar con una sonrisa”, me decía. Tenía razón, como siempre.
EL PASEO DE GRÀCIA
Gay de Liébana publicó dos artículos de opinión en Metrópoli. En el primero, ¿Dónde está mi Paseo de Gràcia? rememoraba su infancia y ensalzaba “la calle más representativa de la Barcelona que amo, adoro y que me tiene embelesado desde que allá, por mayo de 1953, llegué a este mundo terrenal en la esquina de la entonces Gran Vía con Lauria, que después se rebautizó como Roger de Llúria”.
“Ya sé que la Diagonal es mucha Diagonal y que la Rambla de Catalunya es única y que las Ramblas son la postal de Barcelona… ¡Sí, claro!, pero a mí que no me toquen mi Paseo de Gràcia… Rememoraba sábados por la tarde y domingos por la mañana con mis abuelos, paseando y saludando, a golpe de sombrero al estilo de mi abuelo Manuel, a los más o menos conocidos….”.
SEGUNDO ARTÍCULO
El segundo artículo de Gay de Liébana para Metrópoli se tituló Barcelona, 25 años después... En el mismo ensalzaba la gran transformación que vivió su ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos.
“La Barcelona que cambió su rumbo gracias a los Juegos Olímpicos de 1992. En esta ciudad mediterránea y cosmopolita, internacional y abierta, hospitalaria y quizá sin límites, siempre habrá un antes y un después de aquella fecha histórica de octubre de 1987”, escribió Gay de Liébana en un artículo que no quiso afear con su preocupación por el futuro que le aguardaba a Barcelona ya en 2017.
MENSAJE EN PLENO CORONAVIRUS
José María me contó mil historias, apasionado como era de su trabajo y de la vida. De una vida que peleó hasta el último instante, siempre con una sonrisa y quedándose con el lado bueno de la vida. Incluso cuando el puñetero coronavirus entró en nuestras vidas en marzo de 2020 y él dudaba cómo podría seguir su recuperación. Su mensaje, sin embargo, no reflejaba angustia, sino todo lo contrario. “Querido Lluís, estoy bien, con entusiasmo aquí y aguantando el chaparrón. Siempre con ánimos elevados y pensando y sabiendo que saldremos adelante. Te envío un fuerte abrazo y todo el entusiasmo del mundo”.
Hoy, un año y cuatro meses después, los muchos amigos de José María lloran su muerte, mientras sus gritos de “bravo, bravo” resuenan en nuestras cabezas. Descansa en paz, maestro.