El cónsul general de Japón en Barcelona, Yasushi Sato, es uno de los tres responsables del éxito del Salón Manga, que se resume en 122.000 visitantes y más de 23.000 diarios en eventos virtuales. Junto a Meritxell Puig, directora del Salón y Patrici Tixis, director de Ficomic, el diplomático nipón ha enriquecido el evento con veinticinco actividades culturales que van más allá de las tradicionales historietas dibujadas, como son lecciones de lengua, escritura, pintura, cultura, música… Consciente de la importancia del Manga en el mercado editorial japonés en papel, teleseries, videojuegos, películas y novelas para todos los públicos, Sato intensifica la penetración cultural japonesa a través de Barcelona, donde desembarcaron sus antecesores en el cargo y llenaron Europa de motocicletas y automóviles.
Formado en prestigiosas universidades de su país y enviado a múltiples misiones diplomáticas en Hispanoamérica, el cónsul Sato descubrió Barcelona cuando estudiaba español en Zaragoza. Después la visitó durante los Juegos Olímpicos acompañando a Su Alteza, el Príncipe Heredero y Sus Majestades, el Emperador y la Emperatriz de entonces. Con su ironía oriental, recuerda “el arroz negro y la brisa mediterránea”. Cuando hace dos años tomó posesión de su cargo, le preguntaron sobre la Barcelona actual y respondió: “he encontrado una Barcelona muy distinta, tanto que parece otra ciudad”. Sin más detalles, por si acaso. Es la discreta diplomacia del Manga.