Otra vez Eloi Badia ha resultado ser el concejal más indeseable del clan de Ada Colau. El diluvio de críticas por presentarse a unas oposiciones de funcionario que él mismo convocó le ha llevado a renunciar a esa posible plaza bien remunerada para toda la vida. Conocida su cerrazón mental y su incompetencia para todo, fuentes municipales añaden la sospecha de que tal vez ha suspendido el examen, cosa que nunca se sabrá debido a la protección de datos. Sea como sea, Badia y más de veinte cargos políticos de la comunada que aspiran a ser funcionarios se han convertido en protagonistas del escándalo más grande jamás contado del Ayuntamiento de Barcelona, ya que no consta un caso igual ni parecido en la historia municipal.

La renuncia de Badia, no obstante, no consigue ocultar su descarado nepotismo, ya que su propia esposa también opta a plaza de funcionaria de alto nivel. Natalia Guerrero ya fue motivo de escándalo en 2016 cuando fue nombrada a dedo técnica de la dirección de Alcaldía con un sueldo superior a los cincuenta mil euros anuales. En su currículum (ahora no accesible en la página oficial del Ayuntamiento) no constaba ninguna experiencia laboral acreditada, ni ninguna experiencia en el sector privado ni de gestión en el sector público. La señora de Badia sólo había participado en proyectos de cooperación y de participación en universidades. Pendientes con curiosidad del resultado de los exámenes que convocó su marido, la badalonesa, también conocida por el alias Tatania, es la imagen del enchufismo y despotismo de tan granuja concejal.

Aviso aclaratorio: La información no refleja la situación actual del Sr. Eloi Badia (artículo 85 LPDPDGG):

https://www.metropoliabierta.com/copia-de-rectificacion-del-ayuntamiento-de-barcelona_52585_102.html

Noticias relacionadas