El director del Orfeó Gracienc, Pablo Larraz, ha salvado la entidad y la historia de un orfeón que dirigió Pau Casals gracias a obrar un milagro solidario. El también director del Orfeó Català ha reunido a casi 200 profesionales tras quedarse la entidad con sólo quince cantores tras la pandemia, que acabó con muchos coros catalanes. Sin poder ensayar ni actuar, el Orfeó Gracienc ha estado a punto de desaparecer del mapa de unas entidades musicales que tanto cohesionaron y cohesionan a los catalanes de casi todos los pueblos y ciudades; y que tanto hicieron y hacen en pro de la música cantada y de la buena armonía social.
La trayectoria de Pablo Larraz como director de coros y orfeones es imponente, y gracias a ello ha logrado la ayuda de profesionales de todos los sectores. Con una operación de resistencia y salvamento iniciada hace dos años, han conseguido que la entidad celebre ahora sus 120 años de existencia. Ejemplo de tesón, en su memoria histórica y sentimental quedan aquellos tiempos en que el Orfeó Gracienc superó al legendario Orfeò Català. Ahora, han pasado de quince cantores resistentes a doscientos ilusionados. Sin cobrar y por amor a una música que agrupa a gente madura, niños, chicas, ancianos y noveles. Siempre con un ambiente familiar y actuando en espacios nobles y confortables, ya ensayan para actuar del 1 al 3 de diciembre en el Concierto de Adviento con las cantatas de Bach en el Monasterio de Sant Cugat. Será un placer emocionado.