El codirector del festival Primavera Sound, Alberto Guijarro, vuelve a amenazar con irse de Barcelona si la reforma de la plataforma marina del Fòrum no se hace a su gusto y manera. A pesar de que el evento ya ha fracasado en Madrid y tiene cada vez más opositores en Barcelona, Guijarro ha exigido “saber con exactitud cuál es el futuro” para organizar sus grandes escenarios en un espacio que el Ayuntamiento prevé usar para fines deportivos. Se trata del proyecto llamado Pavelló Blau, que concentraría toda la actividad deportiva del litoral de Barcelona y que es otro fracaso de Colau que pretendía convertirlo en un barrio parecido a la Barceloneta.
Con su estilo prepotente y su arte de jugar con dos barajas trucadas y ases en las mangas, Guijarro se enfrenta también al Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs, cuya alcaldesa pone trabas a la licencia para un aforo de 30.000 personas en la playa.
En vista de las numerosas quejas por los vecindarios perjudicados por el festival, el codirector exige “un consenso político entre la Gran Barcelona” para crear otro ente que regule los grandes eventos, entre los que incluye al suyo. La paradoja es que ha hecho estas declaraciones en el encuentro Barcelona més que mai cuando antes declaraba que “Nuestra programación busca provocar más que satisfacer” y que “Barcelona es una ciudad inquieta que le gusta estar a la última”. Tal vez por esto, él y su festival ya no están a la última y ya no son lo que fueron.