La teoría y la práctica. Los estatutos y la vida real. Al Ateneu Barcelonès le sucede lo mismo que a otras instituciones y, en realidad, a todos aquellos colectivos que persiguen un ideal. La presidenta del Ateneu, la directora de cine, Isona Passola, lo ha comprobado estos días. En el noble Jardí del Ateneu los camareros hablan castellano. ¡Vaya por Dios!
Hay malestar entre los socios, porque cuando se dirigen a los camareros en catalán, éstos responden a su modo: algunos utilizan la lengua de Quim Monzó, pero otros prefieren la de Javier Marías, por citar dos escritores importantes en las últimas décadas.
Algunos socios han llegado a calificar de "ofensivo" para la historia del Ateneu que se utilice el castellano en el tranquilo jardín rodeado de palmeras. Y es que la entidad, presidida por la independentista Isona Passola, deja constancia en sus estatutos de que el catalán es su única lengua propia, y su promoción y difusión, uno de sus objetivos primordiales.
Sin embargo, la promoción y difusión no será cosa de los camareros. Las broncas más serias se han producido con otras actividades del Ateneu. Passola tiene críticos en el seno de la entidad, pero no ha sabido gestionar esas disidencias. El pasado marzo su junta recibió críticas por hacer una exposición solamente en castellano y en inglés sobre el escritor Stefan Zweig.
Entonces, ¿qué debe hacer el Ateneu Barcelonès, que se percibe cada vez más como una reliquia del pasado? Passola deberá tomar cartas en el asunto.