En España, cuidar a personas mayores o en situación de dependencia tiene una figura bien definida, la mujer. Con una sociedad cada vez más envejecida, crece la demanda de profesionales en el cuidado de personas mayores.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2020 los mayores de 65 años eran 9,4 millones. A mediados de siglo, se estima que serán más de 16 millones. Por lo tanto, ante esta situación, cada vez serán más las personas en situación de dependencia y que requerirán sus pertinentes cuidados. Pero existe una minoría, varones, que intentan hacerse un hueco en este sector que, en la ciudad de Barcelona encuentra una particularidad, que es un aumento en el número de afiliación a la Seguridad Social de cuidadores hombres en los últimos años.

De hecho, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el aumento de cuidadores hombres ha sido notable, con una subida del 20% en la afiliación a la Seguridad Social en este sector entre 2018 y 2023.

Desde Aiudo, empresa de cuidadores a domicilio, se ratifica esta subida en la afiliación dados los datos internos que se manejan. Además, la demanda general de cuidadores para personas mayores que gestiona Aiudo en Barcelona ha incrementado debido al envejecimiento de la población y la necesidad de servicios especializados, lo cual también ha impulsado la entrada de más hombres en este campo.

Los datos en Barcelona

Los datos de una encuesta realizada por el Ayuntamiento de Barcelona muestran que las mujeres representan prácticamente el 80% de las personas cuidadoras de personas mayores en la ciudad condal. Además, se está constatando un incremento de cuidadores hombres, sobre todo en hogares donde conviven dos personas mayores y en edades ya avanzadas, a partir de los 80 años. Tal es así que según datos de El Observatorio Social de la Fundación La Caixa, ya hay más hombres que mujeres responsables de los cuidados informales de un familiar dependiente.

Fachada Ayuntamiento de Barcelona

Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, en la ciudad condal hay más de 55.000 personas dadas de alta en el régimen de “trabajo en el hogar” de la Seguridad Social. Sin embargo, este dato no tiene en cuenta a todas las personas que realizan tareas del hogar y de cuidados a personas mayores o niños de modo informal, con un horario flexible y en condiciones muy precarias. De hecho, según datos del INE, sólo el 14,1% de las personas que cuidan a personas mayores a domicilio son hombres.

Asimismo, de acuerdo a datos extraídos de la ESPD2018, una encuesta que se realiza en Barcelona, el perfil más frecuente de persona en Situación de Dependencia Funcional en dicha ciudad suele ser el de una mujer, de entre 75 y 89 años cuyo grado de dependencia se encuentra entre el I y el II.

En Aiudo ya entrevistaron hace un tiempo a Juan Carlos, un señor que se dedicar a cuidar a un anciano que se sentía feliz ejerciendo su trabajo y que nunca había vivido ninguna situación de discriminación por ser varón en su trabajo, dentro de las cinco personas mayores que ha cuidado a lo largo de los años.

Cuidador de persona mayor

Jaume, uno de los cuidadores pioneros

Jaume Guart es un cuidador sociosanitario con más de 10 años de experiencia en el sector. Tras profesionalizarse, trabajó en diferentes ámbitos, tanto institucionales como domiciliarios. Si bien es "maravillosa", según él, la labor en ambos espacios, el cuidado en los domicilios "le enamoró" por completo. En Aiudo han conversado con este cuidador acerca de su trabajo y de los retos que se le plantean tanto a él como al sector a corto y largo plazo.

"Mis inicios fueron en un proyecto intergeneracional sin ánimo de lucro, con gente con diversidad funcional y personas mayores, acompañamiento en el domicilio, acompañamiento a pasear. Desde los 14 años me empecé a dar cuenta que esto era lo que me gustaba y amaba, y tuve mucho apoyo con este proyecto intergeneracional", comienza Guart. 

Como varón, afirma que nunca ha recibido apoyo familiar en cuanto a su profesión. "Mi única ayuda fue el voluntariado que realicé a los 14 años", continúa Jaume.

"Desde mi familia no se me apoyó nunca ni a día de hoy. ya que con 14 años empecé con el voluntariado", dice Jaume. Este cuidador hombre es uno de los que conforman el perfil de cuidador principal en Barcelona. Según datos de dicha investigación, el perfil del cuidador principal depende en gran medida de la situación de convivencia y económica de las personas en Situación de Dependencia Funcional y de sus familias. Para el 56,9%, el principal perfil cuidador es un familiar; para el 21,9%, una persona remunerada (con o sin contrato), y para el 17,4%, una persona de servicios de atención domiciliaria proporcionada por el Ayuntamiento de Barcelona. Quienes tienen como principal persona cuidadora un/a trabajador/a del SAD, son básicamente personas que viven solas y tienen una red familiar baja o nula.

¿Cómo es el día a día de un cuidador?

El día a día de un cuidador de personas mayores consiste en acudir al domicilio del adulto que asiste y desde bien pronto comienza a asearle, prepararle el desayuno, cocinar o salir a comprar.

En un sector tan feminizado como es el de los cuidados domiciliarios, la figura del hombre como cuidador está más ligada a cuestiones de fuerza, movilizaciones y transferencias.

¿Existe un grado de discriminación en los cuidados por ser hombre?

Aunque se trata de un trabajo que gana adeptos paulatinamente en los hombres, todavía queda relegado a un segundo plano, muy por detrás de la mujer. Los motivos radican en la confianza que pueda llegar a transmitir este sexo frente al varón. En palabras de Jaume Guart, según con qué usuarias mujeres sí ha habido algún grado de discriminación por ser hombre, sobre todo en cuestiones de pudor para la higiene íntima. "He vivido muchas circunstancias de discriminaciones. Aunque no se exprese explícitamente, hay veces que se entiende. El simple hecho de acompañarlas al baño hay veces que no dejan", confirma Guart.

Uno de los grandes retos que tienen las sociedades avanzadas del siglo XXI es la gestión de la creciente proporción de población anciana y, por ende, de la mayor proporción de personas en situación de dependencia funcional. Este proceso se ha ido intensificando en los países desarrollados en las últimas décadas y, la ciudad de Barcelona, no ha sido una excepción. La dependencia por razones de salud afecta mayoritariamente a las personas mayores, por lo que el envejecimiento es uno de los factores más relevantes para determinar las necesidades de cuidados de una población.

En este sentido, la figura del cuidador hombre de personas mayores ha emergido con más fuerza con el paso de los años, reflejando un cambio tanto en la demanda de servicios de cuidado como en las dinámicas de género dentro del sector.

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