Vista cenital de una zona de trabajo presencial en una empresa

Vista cenital de una zona de trabajo presencial en una empresa PIXABAY

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Cómo gestionar la vuelta al trabajo presencial en la empresa

La tendencia de algunas empresas de eliminar o reducir la tasa de teletrabajo tiene implicaciones laborales que conviene analizar y tener presente

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En marzo de 2020 se produjo a nivel mundial un cambio drástico en términos profesionales y laborales. Por aquel entonces, era inviable desplazarse hasta las oficinas o puestos de trabajo en general, por lo que muchos empleados se vieron obligados a trabajar desde sus hogares

Tras el fin de la pandemia del COVID-19, fueron numerosas las empresas barcelonesas y del resto del planeta que decidieron volver al trabajo presencial, pero otras mantuvieron el teletrabajo y seguirán haciéndolo tras comprobar las numerosas ventajas que tiene. Aun así, tarde o temprano pueden producirse cambios o novedades que obliguen a los negocios a retomar la modalidad presencial. Es entonces cuando pasa a ser bastante complicado el hecho de gestionar el regreso a los tiempos en los que no existía el teletrabajo o era residual

Mantener a tu plantilla feliz con la vuelta al trabajo presencial 

En una época como la actual, alcanzar un alto nivel de productividad y mantenerlo es clave para hacer frente a una competencia que cada vez es mayor en todos los sectores. Sin embargo, lograr buenos resultados en este sentido es prácticamente imposible si la plantilla no está feliz

Desafortunadamente, la vuelta al trabajo presencial suele ocasionar que los empleados se vengan abajo. Y es que, como veremos a continuación, ponerle fin trae consigo asumir una serie de problemas o de desventajas que no son del agrado de los trabajadores. Tras analizar dichos aspectos negativos, describiremos los incentivos que sirven para lograr que la plantilla, a pesar de verse obligada a retomar el trabajo presencial, permanezca feliz y, por ende, muy productiva

Principales problemas del fin del teletrabajo 

No hay nada como tener un despacho en casa, puesto que dicho espacio, si está bien distribuido, permite al empleado brindar a su empresa un altísimo nivel de productividad sin tener que lidiar con las desventajas propias del trabajo presencial. Pero, ¿qué pasa cuando concluye la época de teletrabajo y hay que retomar la modalidad que exige desplazarse hasta el puesto de trabajo? 

Uno de los principales problemas guarda relación con la economía: exceptuando los empleados cuya empresa se encuentra emplazada a poca distancia, generalmente hay que asumir un gasto extra en gasolina, transporte público u otros medios necesarios para hacer acto de presencia en las instalaciones en cuestión. En definitiva, el sueldo neto percibido disminuye en comparación con el que se obtiene con trabajos remotos llevados a cabo desde el hogar. 

Otro problema directamente relacionado con el fin del teletrabajo se resume en tener que madrugar. Al contar con un despacho en casa, la persona en cuestión puede levantarse de la cama pocos minutos antes de que dé comienzo su jornada laboral. Por el contrario, si hay que desplazarse hasta la oficina, esto es inviable. 

Todos estos cambios, en la etapa inicial requerida para adaptarse de nuevo al trabajo presencial, acostumbran a repercutir en la productividad de los trabajadores, la cual se ve mermada, afectando así a los resultados del negocio. En manos de la empresa está conseguir que esto no se convierta en un problema

Incentivos para el trabajo presencial 

Como acabamos de ver, surgen problemas qye asumir al poner fin al teletrabajo, aunque una buena gestión de la vuelta al trabajo presencial se traduce en que ni la empresa ni los empleados los noten en exceso. Para ello, es crucial que les hagas entender los incentivos que obtendrán a cambio de retomar la rutina que tan habitual era antes del COVID-19

El primer incentivo es uno de los más importantes: socializar con el resto de compañeros. Si bien es cierto que existen aplicaciones y programas que permiten mantener conversaciones fluidas con el resto de la plantilla, poco o nada tiene que ver esa comunicación con la que se produce físicamente teniendo a los demás cara a cara. Por otra parte, la mejor manera de incentivar a los empleados es hacerles comprender que, en términos psicológicos, es muy beneficioso el hecho de separar de manera clara el ambiente profesional del personal

A la lista de incentivos hay que sumar otro de gran trascendencia: los empleados disponen en las instalaciones físicas de todo aquello que requieren para desempeñar sus labores profesionales bajo condiciones óptimas. Todos estos incentivos derivan en un gran beneficio para la empresa, puesto que en líneas generales los trabajadores pasan a ser más productivos, con lo positivo que ello conlleva a nivel económico. 

Si los incentivos para el trabajo presencial que acabamos de traer a colación no son suficientes para mantener a tu plantilla feliz con la vuelta a dicha rutina, puedes plantearte una opción por la que cada vez se decantan más empresas barcelonesas: la modalidad híbrida, por ejemplo, tres de las cinco jornadas semanales que sean presenciales, mientras que las dos restantes puedan desarrollarse desde la comodidad del hogar. 

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