“Increpados”. Así es como se sienten los vecinos de la plaza de Can Portabella, situada junto al campo de la UE Sant Andreu. Tal como denuncia la portavoz de la AV de Sant Andreu Sud, Cristina Galan, un grupo de jóvenes se ha hecho suyo el espacio público. Y no por la fuerza, sino por intimidación hacia quienes pasean. Ahora la plaza es foco de molestias, consumo de drogas blandas y peleas.
MUCHOS SON MENORES
De la veintena de jóvenes que ocupan sus bancos, la mayoría apenas ha cumplido los 18. “Hay algunos que son muy pequeños, de 12 a 13 años”, explica Galan. Aún así, sus hábitos de consumo no difieren mucho de los de sus mayores: “Pasan el día como el resto, fumando porros y bebiendo”, denuncia la portavoz. De hecho, algunas de las ventanas del Casal de Barri que gestiona la misma asociación vecinal dan directamente a la misma plaza, por lo que conviven diariamente.
Según explican los vecinos, “no son jóvenes de Sant Andreu que han acabado el colegio y se reúnen en la plaza, sino que vienen de otros barrios”. Probablemente, atraídos por la proximidad de la parada de metro de la L9, señalan. Desde la asociación prefieren no comparar la situación con el episodio de bandas que hubo en el Parque de la Pegaso, pero relatan que ya se han producido distintos enfrentamientos y que en ocasiones celebran combates de boxeo entre ellos.
ENFRENTAMIENTOS CON LOS VECINOS
La actividad que llevan a cabo no se ciñe a un par de bancos, sino que afecta a la dinámica de toda la plaza. Según denuncia Galan, “ha habido enfrentamientos con los vecinos; si alguien les llama la atención le tiran piedras a las ventanas”. Y en época de verbena, “tiraban petardos a los balcones y a las terrazas”, narra.
Con el que no se ha producido ningún tipo de incidente es con el Casal de Barri, explican desde la entidad. Al fin y al cabo, “cuando se han acercado, nuestro responsable ha tenido mucha mano izquierda con ellos”, señala la portavoz. Ella misma recuerda que se han puesto en contacto con el Ayuntamiento, Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra “cuando el problema todavía no era tan grave”. Pero, desde hace unas semanas, el único contacto con los cuerpos de seguridad se ha ceñido a las quejas telefónicas.
LA URBANA: "NO TENEMOS LLAMADAS"
“Ayer domingo los vecinos llamaron a la Urbana y llegaron enseguida, a raíz de que el problema ha salido en la televisión”, considera la representante vecinal. Una llamada que desde el cuerpo de policía local no tienen contabilizada. La Guardia Urbana asegura que “no tenemos llamadas de esta situación en la plaza” y resta a la espera de un informe de los Mossos d'Esquadra. Este otro cuerpo, en cambio, asegura que el caso no es de su competencia.
Según explican desde la entidad, la tensión va en aumento conforme pasan los días: “A la noche acostumbran a estar hasta las 2, 3 ó 4 de la noche tranquilamente” y de día “ya ni se acercan a pasear los perros por la plaza”.