Sant Andreu ha sido este sábado un escenario más propio de una película de Luís García Berlanga. Mientras que en el casal independentista El Noi Baliarda se llevaba a cabo una conferencia de enaltecimiento a Stalin, en el local de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona se celebraba una Feria Militar donde poder adquirir artículos de guerra nazis, fascistas y soviéticos. Un caldo de cultivo donde la guinda del pastel ha sido madrugadora: unas cien personas se han manifestado a primera hora al grito de 'fuera fascistas de Sant Andreu' ante el local de los paramilitares.

EL NOVIO DE LA BUENA MUERTE CON COROS ANTIFAS

Si algún adjetivo podría definir las primeras horas del sábado probablemente sería “dantesco”. Mientras que los manifestantes coreaban ante la Hermandad consignas como 'No, no, fachas no, fachas no, fachas no' o bien 'míralos, míralos, como se acojonan'; los legionarios desfilaban al paso del Novio de la Buena Muerte. Eso sí, entre unos y otros, un infranqueable cordón policial de antidisturbios.

Bajo el punto de vista de los manifestantes, el local de los legionarios es “una madriguera de fascistas”. O como han leído de su manifiesto: “un agujero donde se hace ostentación del autoritarismo”. Según la Plataforma Antifascista de Sant Andreu, este tipo de celebraciones paramilitares se celebran “gracias al Consorci de la Zona Franca con la complicidad del Ayuntamiento”. A su forma de entender, los terrenos cedidos gratuitamente a la nostálgica entidad deberían “destinarse inmediatamente a equipamientos municipales y servicios públicos”.

Al final, los antifascistas han vuelto hacia el punto de partida de la marcha y se han despedido entre aplausos. En cambio, donde no ha terminado la fiesta es precisamente en los terrenos de las Casernes. Allí se ha continuado desarrollando con total normalidad la venta de productos, las exhibiciones militares y los desfiles. Sin embargo, entre los asistentes se escuchaban reiteradamente conversaciones no-muy-amables sobre quienes les habían visitado previamente.

Manifestantes antifascistas / DGM

SIMBOLOGÍA NAZI, SOVIÉTICA Y FASCISTA

Desde la presidencia de la Hermandad, José Luís Córdoba ha explicado a este medio de comunicación que la feria trataba de enseñar vehículos militares antiguos y ofrecer antigüedades de guerra (u otros objetos no tan antiguos). Preguntado por la posible presencia de símbolos nazis o preconstitucionales, Córdoba ha asegurado que “se han retirado algunos artículos”. Sin embargo, los productos continuaban ahí, aunque con sus correspondientes emblemas tapados por adhesivos.

Entre niños cogiendo fusiles y AK-47 anulados, antidisturbios de los Mossos d'Esquadra curioseando las paradas y octogenarios vestidos de legionario, la compra-venta era constante. Chapas, navajas, bolsas, cascos, botas... con todo tipo de emblemas a elegir. De las SS, con esvásticas gravadas, la hoz y el martillo en relieve... Pero aún así, Córdoba insistía: “aquí no hay nadie tratando de adoctrinar; esto no es apología ni enaltecimiento de nada”. “No somos nosotros los que hemos salido a la calle a insultar”, decía en referencia a los manifestantes.

Mossos d'Esquadra curioseando en una de las paradas / DGM

Mossos d'Esquadra curioseando en una de las paradas / DGM

UN INDEPENDENTISTA ENTRE CASCOS NAZIS Y SOVIÉTICOS

Entre los distintos comerciantes de productos militares, hay uno que se escapa del prototipo de persona que puede estar interesado en este mundillo. Jordi, independentista declarado, asegura que todo el material militar que ofrece a los clientes "no tiene ninguna idea política". "Sencillamente son objetos que durante el siglo XX fueron muy importantes y muy vistos", señala. Una idea que, argumenta, se suele confundir por la "energía" que desprende su estética.

En su puesto se pueden adquirir desde medallas de las SS, hasta cascos con la esvástica, pasando por chapas con la hoz y el martillo... Artículos cuya estética "no hace enaltecimiento del militarismo", opina. Una idea que justifica mediante su prototipo de cliente: "No suelen tener nada que ver con los militares". "Es gente que está ilustrada; leen libros, miran documentales... he visto independentistas que se compran cascos nazis", añade.

Sin embargo, admite que sus productos "tienen mucha fuerza gráfica; hay gente que se puede sentir ofendida, por eso tapo [las cruces gamadas]". Aún así, no termina de entender que la organización le obligue a esconder solo las esvásticas, mientras que con otros símbolos no lo hace, "cuando las hozes y los martillos o los americanos son peores". De hecho recuerda como en Madrid su alcaldesa ya multó con 60.000 euros a una feria militaria por delitos de odio. "Aquí estan acojonados", desvela en referencia a la Hermandad. Sin embargo, recuerda algo sustancial: "En España no hay una ley como en Francia o Alemania, donde está 100% prohibido enseñar una esvástica; aquí se puede enseñar todo, la historía no ha condicionado nada".

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