El Canòdrom de la Meridiana es un equipamiento maldito. Cuando se cumplen 11 años de su cierre como escenario de carreras de galgos –fue el último de España en desaparecer--, el espacio de Sant Andreu languidece infrautilizado y olvidado. Y así parece que permanecerá otra temporada más. El gobierno de Ada Colau ha tumbado el proyecto del PSC para este espacio

Según ha podido saber Metrópoli Abierta, el Ayuntamiento de Barcelona ha descartado un proyecto de los socialistas que preveía construir en la plaza central del Canòdrom, donde antaño corrían los galgos, una gran pista de patinaje --un patinódromo-- con vistas a que acogiera las competiciones de velocidad y resistencia de los World Roller Games en 2019, que se harán en la capital catalana y, posteriormente, fuera utilizada por clubes amateurs de la ciudad, desvela la exconcejala, Carmen Andrés

La gerente del Distrito, Carmen Turégano, explica que las grandes dimensiones del patinódromo, que debían incorporar también una zona perimetral para entrenamientos y servicios, han finiquitado el proyecto. "Era demasiado grande, y se ha tenido que descartar", subraya Turégano. La plaza tenía que incorporar otros usos que demandaban los vecinos, y con la pista de patinaje era muy complicado atender bien las peticiones vecinales, afirma.

OPOSICIÓN VECINAL

La presidenta de la asociación de vecinos del barrio de Congrés-Indians, Belén Ayucar, se alegra de que el proyecto se haya descartado. "Nunca lo vimos con buenos ojos. Es cierto que la concejala Andrés incorporó muchas de nuestras peticiones, pero quedaban muy arrinconadas", dice. Y añade que entre los vecinos había cierto temor que, una vez pasados los mundiales, la plaza se colapsará por gente que hiciera un uso masivo de la pista de patinaje.

Gradas del Canòdrom

Los vecinos quieren que el Canòdrom sea una plaza con vegetación donde se puedan sentar y charlar. Y piden que disponga también de un área de recreo grande para perros, una zona de juegos infantiles (también de gran tamaño) para niños de 0 a 12 años, aparatos de gimnasia para la gente mayor y un espacio central para que los pequeños puedan jugar a pelota. 

Este diario ha tenido acceso a un documento municipal sobre el proyecto Espais Exteriors del Canòdrom de la Meridiana, fechado el 30 de octubre de este año, cuando Andrés era la concejala de Sant Andreu. Un mes después, el PSC ya no está en el gobierno de la ciudad y el proyecto ha sido borrado de la agenda municipal.

DESCARTADO ESTE LUNES

La ruptura entre Jaume Collboni y la alcaldesa se produjo hace apenas una semana y media, después de lo que lo decidieran las bases de Barcelona en Comú por el apoyo socialista a la aplicación del artículo 155, y este lunes, 27 de noviembre, "el Distrito ha pedido oficialmente a BIMSA (Barcelona d'Infraestructures Municipals), la empresa que tenía que ejecutar las obras, que no se haga", explica un portavoz socialista cercano al plan.

Turégano, gerente de Sant Andreu con el PSC y ahora tambien con Barcelona en Comú, niega que la decisión de no hacer el patinódromo sea política. "Ha sido técnica, para dar prioridad a los demandas vecinales". La coincidiencia o no ha hecho que el descarte se haya tomado cuando los socialistas ya no gobiernan ni el distrito ni la ciudad.

Los mundiales de patinaje de Barcelona tendrán lugar en julio del 2019, y en ellos participaran 6.000 atletas y entrenadores. El campeonato contará con 11 modalidades de competición y está previsto que las pruebas se hagan en 11 espacios distintos y 3 subsedes.

Fuentes del Institut Barcelona Esports (IBE) indican que ya se lleva algún tiempo buscando otro emplazamiento para construir el patinódromo por la oposición vecinal. "Era necesario buscar otra ubicación porque el tiempo apremia si lo que se quiere es construir una instalación fija que después quede para la ciudad".

"Queda menos de dos años para el mundial y hay que licitar y construir la obra. Otro tema es que, finalmente, se decida apostar por un patinódromo provisional", apuntan desde el IBE. El resto de espacios serán zonas o equipamientos de la ciudad que, únicamente, se tendrán que adaptar para la competición, lo que no será un problema.

Canòrom, parque de investigación creativa

 

Actualmente, las instalaciones interiores del Canòdrom funcionan, desde 2016, como parque de investigación creativa (un centro que nació con el alcalde Xavier Trias), mientras que la parte exterior permanece olvidada y bastante deteriorada. No ha sido hasta el pasado verano y este otoño que el equipamiento ha empezado a acoger actos culturales a través del programa Grades obertes. En julio, el Canòdrom proyectó sesiones de cine nocturno, y este octubre y noviembre, se ha hecho música, danza, poesía y tecnología.

Fuentes socialistas explican que el proyecto del patinódromo se empezó a fraguar de la mano de Andrés y del comisionado de Deportes, David Escudé, también del PSC. “La conversión del Canòdrom en una pista de patinaje jamás gustó a Barcelona en Comú”, subrayan desde el PSC. Sin embargo, el plan fue avanzando y no ha sido hasta ahora que se ha descartado definitivamente.

REFORMA INTEGRAL

El documento municipal al que ha tenido acceso Metrópoli Abierta, ahora descartado, contemplaba una reforma integral de la plaza del Canòdrom, con una pista de patinaje elevada en la zona central, de un tamaño parecido por donde corrían los galgos. Andrés dice que la intención era, una vez acabados los mundiales, abrir la pista a entidades deportivas de patinaje de Sant Andreu y del resto de la ciudad. “No estaba previsto que se destinara al uso de skates”.

El proyecto incorporaba también una gran zona verde con bancos, lo que en la documentación se define como un “jardín mediterráneo”, con más de 200 árboles. La mayor parte de la zona verde estaba prevista construirla enfrente de las gradas, tras la pista de patinaje, y cerca de las calles de Concepció Arenal y de Can Ros.

Ahora, la plaza del Canòdrom es un gran pipicán. A todas horas hay perros. También hay una zona de juegos infantiles algo vetustos. El plan preveía instalar una zona de recreo específica para perros de 500 m2, para evitar que los animales ocupen todo el parque. “También estaba previsto renovar y ampliar la zona de juegos infantiles (de 500 m2), construir un espacio con máquinas para que la gente mayor pudiera hacer deporte y un circuito de runnning alrededor de la pista de patinaje”, destaca la exregidora de Sant Andreu.

Lo cierto es que el proyecto del PSC incorporaba muchas de las demandas vecinales, pero los residentes consideran que quedaban escondidas y que todo el protagonismo se lo llevaba el patinódromo. Ahora, tras la negativa municipal, el futuro del Canòdrom pasa por redactar un nuevo plan que tenga aún más presente los usos vecinales. La asociación de vecinos dice que registraron sus peticiones en el Ayuntamiento hace un año. Su deseo es que empiecen a ver la luz antes de finales de este mandato, en mayo del 2019. Ya se verá.

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