La reurbanización de la calle Gran de Sant Andreu ha encontrado, en los comerciantes, a sus principales detractores. Lejos de estar satisfechos con los cambios, la norma general en los establecimientos es el rechazo a una modificación que, entre otras problemáticas, ha comportado la pérdida de clientes y por ende un descenso de la facturación.
Aquellos que regentan un pequeño comercio en la principal vía de Sant Andreu de Palomar muestran su descontento con el cambio y lamentan no sentirse escuchados por el Ayuntamiento, desmarcándose también de las afirmaciones favorables a esta obra manifestadas desde la asociación de vecinos.
SIN TRÁFICO NI CARGA Y DESCARGA
Cristina y Xavi, quienes están al frente de 080 Motoprotecció, muestran su desacuerdo con la pacificación promovida por el Ayuntamiento y apoyada por la asociación de vecinos, un colectivo que "se llena la boca" asegurando que "ha trabajado con los comercios", pero que tan solo lo ha hecho con el "eix comercial".
Sobre la falta de tráfico, explican que "no es cierto que los coches no aporten nada" y defienden que los "algunos de los 5.000 vehículos" que pasaban por la vía eran clientes recurrentes.
Además de la reducción del tráfico en la calle, importante porque "mucha gente" descubría los establecimientos de la vía "desde el vehículo", los propietarios de este negocio garantizan que el actual horario de la zona de carga y descarga es "insuficiente", ya que "antes era de 8 a 20 horas y ahora es de 7 a 11 horas".
CLIENTELA
Lejos de contar únicamente con clientes del barrio y el distrito, los comerciantes de Gran de Sant Andreu disponen de una destacada cifra de compradores procedentes de Barcelona, el área metropolitana, o incluso de otras partes de Cataluña que llegan al barrio en coche y se encuentran que no saben donde aparcar. Además de afectar a Cristina y Xavi, este problema también llega a otros establecimientos, como la Corsetería Llucieta, que con Tere como la "cuarta generación" de la tienda recibe "clientes de todas partes".
La propietaria de la empresa califica de "desastre total" la reurbanización, asegurando que "se ha notado un descenso de clientes", así como una pérdida de "visibilidad" por la falta de "acceso" del tráfico rodado. Por ello, vaticina que de seguir así "las tiendas irán cerrando" y no ve "futuro en esta calle".
'ESTRANGULADOS'
Montse, quien dirige la tienda Sac Samarretes, tampoco se muestra favorable al cambio que ha experimentado esta arteria de Sant Andreu de Palomar. Su establecimiento también se ha visto afectado por la reurbanización, por lo que asegura que están "estrangulando" a los comercios.
La bajada de facturación que ha sufrido la tienda se complementa con las "dos multas" que ha sufrido la gerente en el área de carga y descarga, cuyo horario también critica al no coincidir con las horas de mayor actividad comercial.
Núria, quien se encuentra al frente de El Peix de Sant Andreu, comparte la crítica con los negocios anteriores, y cuantifica el descenso de caja en un 35%. Tan solo Susana, del establecimiento Originals, ve un apunte positivo en la reforma de la calle por la mayor afluencia de viandantes.
INSEGURIDAD
Desde 080 Motoprotecció se hace especial hincapié en que la reforma de Gran de Sant Andreu ha generado una mayor inseguridad para los comerciantes. "No hemos ganado seguridad, al contrario, esta calle fuera de horario comercial da miedo, no hay nadie. Además, con esta reforma facilitan el robo mediante alunizaje. Lo único que hemos ganado los comerciantes es mucha más inseguridad", aseguran.
Además, los comerciantes coinciden en la peligrosidad de los hierros que delimitan el espacio de los árboles, que inicialmente estaban unidos por una cuerda pero en la actualidad se encuentran prácticamente todos destrozados y con una morfología punzante que puede ocasionar graves accidentes para los viandantes.
IGNORADOS POR COLAU
La mayoría de comercios coinciden. Se sienten ignorados por el actual gobierno municipal, que no atiende a sus demandas y que tan solo responden con negativas a las peticiones de éstos. "Con Carmen Andrés se podía hablar más, por lo menos no era el no rotundo del actual Ayuntamiento de Ada Colau" recuerda Cristina, quien escenifica a la perfección el descontento comercial.
TRAS EL CORONAVIRUS
Si las reivindicaciones de los comerciantes ya eran vitales para garantizar su facturación antes de la pandemia de coronavirus, todavía cobra mayor importancia durante la reapertura tras las semanas en las que se han visto obligados a bajar la persiana forzosamente.
Faltará, pues, que a las medidas anunciadas por el consistorio para ayudar al pequeño comercio, se solucione el problema derivado de la reurbanización de Gran de Sant Andreu, evitando así un agravante a la situación de crisis actual.