La aprobación definitiva del Plan especial urbanístico para la construcción de un tanatorio en las casernes de Sant Andreu ha caído del pleno municipal del mes de septiembre del Ayuntamiento de Barcelona. Según ha explicado Ada Colau, el punto se ha retirado del orden del día por la falta de apoyos suficientes por parte de la oposición.

El nuevo tanatorio, que impulsa Mémora, es un plan de iniciativa privada que el Ayuntamiento de Barcelona está obligado a tramitar. De no ser así, ha recalcado la alcaldesa, el consistorio se puede ver obligado a hacer frente a "responsabilidades", ha dicho Colau, que se refería a indemnizaciones, lo que ha llevado a retirar el punto del orden del día.

GRUPOS DE LA OPOSICIÓN EN CONTRA

De momento, y a tenor de los votos expresados por los grupos municipales en comisión municipal, solo el gobierno de la ciudad, Barcelona en Comú y PSC, dieron el visto bueno al proyecto. Entre el resto de grupos, ERC, JuntsxCat y Ciutadans se posicionaron en contra, mientras que Barcelona pel Canvi y PP no mostraron sus cartas en la comisión.

Todo parece indicar que si finalmente los grupos no se ponen de acuerdo, el plan se podrá aprobar por silencio administrativo. Esto será así si la propuesta constructiva cumple con la legislación vigente, según contempla la Ley de urbanismo de Cataluña.

CESIÓN DE UNA PARTE DEL SOLAR A LA CIUDAD

El tanatorio, que será pequeño y tendrá solo cuatro veladores, se tiene que construir en terrenos de las antiguas casernes de Sant Andreu que eran propiedad de la Zona Franca. En 2018, este solar, como avanzó Metrópoli, fue subastado y comprado por Mémora.

El proyecto ha generado un fuerte rechazo vecinal en Sant Andreu porque en el espacio estaba previsto que fueran equipamientos públicos. El pasado mayo, el Ayuntamiento y la funeraria acordaron la cesión a la ciudad del 75% de los terrenos. El tanatorio ocupará 558 metros cuadrados en una parcela de 2.000.  

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