Este lunes, 24 de enero, arranca la pacificación del segundo tramo de la calle Gran de Sant Andreu: Una reforma que llega con retraso, ya que los trabajos deberían haber iniciado en septiembre de 2021. Concretamente, se harán obras entre la calle de Joan Torras y la plaza de Mossèn Clapés.
El consistorio explica que esta reforma "permitirá completar la transformación de la vía en un eje con preferencia para los peatones y más accesibilidad". Esta medida, según afirma el Ayuntamiento, "favorecerá el comercio de proximidad".
4,15 MILLONES DE EUROS
Las obras tienen un presupuesto de 4,15 millones de euros. Se prevé que finalicen a principios de diciembre. Las obras suponen un paso más para desarrollar el modelo de Superilla Barcelona.
Los trabajos se ejecutarán en dos fases: la primera entre la calle de Joan Torras y la calle de Campeny, y la segunda entre la calle de Campeny y la plaza de Mossèn Clapés, que empezará en verano.
"VIA CÍVICA DE CALIDAD URBANA"
La primera intervención se hizo entre la rambla de Fabra i Puig-Onze de Setembre y en la calle de Joan Torras. El nuevo tramo seguirá la misma coherencia y implementará una plataforma única con preferencia para peatones y bicicletas en la calle.
Además, se plantarán una veintena de árboles más y unos 500 metros cuadrados de arbustos. Por otro lado, se actualizarán todos los elementos de la urbanización: pavimentación telecomunicaciones, bancos y sillas –entre otros-.
Según relata el Ayuntamiento, el objetivo es que la calle de Gran de Sant Andreu sea "una vía cívica de gran calidad urbana".
SUPERFICIE TOTAL
La propuesta también incluye una pequeña parte de todas las calles transversales: Joan Torras, Agustí Milà, Guardiola i Feliu, Tramuntana, Campeny, Colòmbia, Valentí Iglesias y Balira.
La superficie total es de 9.100 metros cuadrados de superficie y se actuará sobre 460 metros de longitud de Gran de Sant Andreu. Con los 850 metros del primer tramo suman una superficie de 1,3 kilómetros.
INDIGNACIÓN VECINAL
A pesar de que el Ayuntamiento defiende que la pacificación responde a una "demanda vecinal histórica", algunos vecinos consideran que es una "absoluta barbaridad".
Algunos residentes lamentan que la proyección municipal supondrá un caos en las calles del barrio, y denuncian que el consistorio barcelonés zanjó un planteamiento sin tenerles en cuenta.