Barcelona se olvida de la Torre del Fang. Cuatro años después de que el Ayuntamiento anunciara que se iba a reformar este histórico edificio del patrimonio catalán para convertirlo en un centro de interpretación histórica, no hay ningún proyecto para la rehabilitación de la torre, abandonada a su suerte por los últimos gobiernos municipales.

Este equipamiento está ubicado en la calle del Clot, entre el puente de Calatrava y el de Espronceda. La Torre del Fang forma parte de la historia catalana, escenario de leyendas amorosas y refugio bélico en la batalla de 1714. Sin embargo, en los últimos años ha sido vandalizado, okupado, ha sufrido un incendio y durante la pandemia se montó a su alrededor un campamento de barracas. 

La Torre del Fang, escenario de leyendas catalanas míticas / INMA SANTOS

OBRAS ALREDEDOR

Según detallan fuentes del distrito de Sant Andreu a Metrópoli, lo que sí está previsto es que antes del verano de 2024 se lleve a cabo una primera fase de urbanización del entorno de la Torre del Fang, sin incidir en el interior o en la fachada del edificio, que aún es una asignatura pendiente del nuevo gobierno.

El proceso de urbanización se llevará a cabo con el objetivo de dinamizar la zona en el marco de la nueva estación de AVE de La Sagrera. Al lado de la parada se ubicará el parque lineal del Camí Comtal, rodeando a la Torre del Fang. La idea es crear un manto de vegetación que tape las vías del tren y sus márgenes, y, para ello, la zona que rodea a la Torre deberá ser restaurada.

Render de los alrededores de la Torre del Fang / Ajuntament de Barcelona

Mientras el entorno se seguirá dinamizando, no hay ningún proyecto para la Torre del Fang, que permanecerá intacta en su degradación. Si bien desde hace unos años los okupas se han alejado del edificio y se han tapiado las entradas; los grafitis, las humedades y las malas hierbas permanecen, acechando con destruir esta masía del Siglo XII. Desde el Ayuntamiento, sin embargo, insisten en que su futuro está garantizado.

HISTORIA DEL LUGAR

Pese a su abandono, esta vieja masía esconde siglos de existencia y numerosas leyendas. El dietario de la Generalitat del 23 de febrero de 1559 ya menciona el edificio, aunque con el nombre de Torre de la Virgen María. Y el escudo que preside la puerta principal demuestra su pertenencia al Condado de Barcelona, dato que certificaría su existencia, aunque no con el mismo aspecto, en el siglo XII.

Algunas leyendas cuentan que Dolça de Provença llegó a Catalunya en el año 1112 para casarse con Ramón Berenguer, junto a un grupo de caballeros provenzales destinados a hacerle compañía. El conde les dio propiedades en las afueras de la ciudad e hizo construir una casa de campo, la Torre del Fang, para su mujer. Allí pasaba Dolça largas temporadas, rodeada de su gente, hasta que su marido descubrió el interés de la dama por un joven trovador provenzal.

Ramón Berenguer lo hizo capturar en secreto para torturarlo y matarlo. Ordenó que le arrancaran el corazón y se lo sirvieran cocinado a Dolça, que se lo comió sin saberlo. Cuando el conde le confesó a su mujer lo que había comido, esta decidió no comer nada nunca más. Y así fue como la dama murió de hambre.

Imagen de la Torre del Fang a comienzos del Siglo XX / Ramon Puig i Gairalt - ANC

Con los años, la masía y sus tierras pasaron por donación al clero. Y, en 1713 y 1714, fue utilizada por el ejército borbónico para bombardear Barcelona. La construcción del ferrocarril en el siglo XIX comportó que la Torre del Fang dejara atrás el pasado agrícola y se convirtió en fábrica y almacén de materiales de construcción.

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