La desaparición total de la cárcel de Trinitat Vella ya tiene calendario. El centro penitenciario será derribado durante el segundo trimestre de 2026, es decir, entre abril y junio. En su lugar, se construirán 53 nuevas viviendas públicas en el ámbito de la prisión de Trinitat Vella, situada en el distrito de Sant Andreu. Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo por corregir un agravio histórico hacia los residentes del barrio, quienes actualmente viven en condiciones de habitabilidad precarias en los edificios que rodean la cárcel.

Este proyecto representa la segunda fase de una promoción de viviendas que comenzó a finales de 2022. Una vez finalizada esta etapa, aún quedarán 35 viviendas por construir. Estas se levantarán en una segunda fase de la primera promoción actualmente en ejecución, sumando un total de 129 viviendas destinadas al realojo de las familias de Trinitat Vella.

Collboni y la presidenta de la Asociación de Vecinos de Trinitat Vella, Manoli Martínez, en la colocación de la primera piedra de la promoción de Pare Pérez del Pulgar AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

La prisión de Trinitat Vella fue inaugurada en 1964 y ha tenido diversos usos a lo largo de su historia. Inicialmente, albergó a mujeres, luego a jóvenes y, finalmente, funcionó como un centro abierto. Desde 2009, la cárcel ha estado parcialmente derribada. El acuerdo de 2021 entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para el traslado de las prisiones de Wad-Ras y Trinitat Vella a la Zona Franca permitió que los terrenos de la antigua prisión pasaran a ser propiedad del Ayuntamiento. Esta transferencia ha facilitado el impulso de la construcción de viviendas públicas para las personas afectadas por el proceso de realojamiento.

La demolición de la cárcel y la construcción de las nuevas viviendas representan un cambio significativo para el barrio de Trinitat Vella. Los residentes, que han vivido durante mucho tiempo en condiciones desfavorables, pronto tendrán acceso a viviendas dignas y modernas. Esta transformación no solo mejorará la calidad de vida de las familias realojadas, sino que también contribuirá a la revitalización del barrio, proporcionando un entorno más habitable y cohesionado.