Dos edificios que fueron construidos en 1880 en la confluencia de la calle Gran de Sagrera y Portugal desaparecerán del mapa barcelonés en breve.
Las demandas de los vecinos (dentro de los llamados presupuestos participativos) han sido escuchadas por los responsables municipales y el espacio que ocupan los inmuebles, en una esquina de la manzana que también tiene el parque de Pegaso y el cuartelillo de la Guardia Urbana será reconvertido.
La decisión ha sido tomada dentro del marco del Programa de Espacios de Proximidad e Interiores, cuya finalidad es “hacer emerger el verde y beneficiar la salud de los vecinos y vecinas”.
Desde principios de año, ha habido varias reuniones con los vecinos para conocer qué necesidades tienen y cómo equipar el nuevo espacio. En las sesiones se involucró profundamente la Asociación de Vecinos de la Sagrera.
El parque de la Pegaso en Barcelona / AJUNTAMENT
200.000 euros de coste
El informe final del proyecto se terminó el mes de julio y este 15 de septiembre ya fueron adjudicadas las obras de derribo de los dos inmuebles a la empresa Deltapunt 3000. El plazo para terminar el trabajo es de 4 meses y los costes se elevan a prácticamente 200.000 euros.
El Ayuntamiento, tal y como figura en el plan previsto, quiere “recuperar un nuevo espacio verde para el barrio, que funcionará como espacio de descanso en el día a día de las vecinas y vecinos del barrio, así como antesala del parque de la Pegaso”. Así consta en un informe que la empresa pública BIMSA ha realizado para el distrito de Sant Andreu.
Más espacio para el peatón
Al mismo tiempo que amplía el espacio destinado al peatón, reduce el espacio para la circulación de vehículos “y la consecuencia disminución de la contaminación atmosférica”, al tiempo que espera que la esquina sea “una verdadera zona de encuentro, socialización y relación de la comunidad”.
Vista general del avance del proyecto de la estación de La Sagrera
El informe aludido añade que el derribo de los edificios y la reurbanización de la zona supone “una mejora de la accesibilidad en la acera norte de la calle Portugal” y “la creación de un nuevo espacio de estancia en relación con los accesos al parque de la Pegaso y a la parada de bus como verdaderas zonas de encuentro, socialización y relación de la comunidad”.
Juegos para niños
En los informes internos municipales se subraya que el espacio resultante del derribo ha de ser equipado “para promover el movimiento, la interacción, la socialización, la colaboración y la incorporación de hábitos saludables y deportivos entre los vecinos, con elementos de juego no reglados para niños (Barcelona Ciutat Jugable) y elementos de salud para gente mayor”.
Es decir, que prestará atención a los pequeños con área de juegos y a los mayores con espacios de calistenia.
En las sesiones de participación con los representantes de los vecinos, según recoge el informe final del proyecto, se especificó que la calle Portugal ha de ser “semipeatonal”, que se mantienen las plazas de aparcamiento y el bicing.
Pero “se ampliarán las aceras, se añadirá doble hilera de arbolado y se incorporarán nuevas especies vegetales, lo que contribuirá a mejorar las condiciones del lugar y a reducir la sensación térmica”.
Calle semipeatonal
El hecho de que la calle sea sólo semipeatonal se debe a que los técnicos municipales advirtieron que esta calle “es un punto clave de la movilidad del barrio”, por lo que sería contraproducente eliminar la circulación de la misma.
Los vecinos han pedido también que se instale una fuente de agua y reubicar los contenedores de la basura, por lo que su nueva ubicación aún se está estudiando. Todo ello supondrá “una mejora de las redes de servicios existentes, como drenaje, iluminación y soterramiento de líneas aéreas, y la incorporación de nuevos servicios de bajo consumo y más eficientes, como la red de riego y la fuente de agua potable”.
El Ayuntamiento aprovechará también para desimpermeabilizar el terreno potenciando la infiltración del agua de la lluvia, lo que ayuda a luchar contra el efecto isla de calor.