Las molestias que los ruidos nocturnos están causando en unos bloques de pisos del barrio del Parc i la Llacuna del Poblenou, en el distrito de Sant Martí, han provocado las quejas de los vecinos, que sufren la incomodidad de no poder descansar en buenas condiciones.

En este caso se trata de los bloques de viviendas que se encuentran entre las calles Sancho de Ávila y Pamplona, una zona en la que se concentran residencias de estudiantes y hoteles, además de servir de paso para los numerosos clientes que acuden a la zona de ocio que se encuentra en los alrededores de la calle Almogàvers.

Las molestias provienen, según relatan los vecinos, del parque que ocupa el interior de manzana, que es de libre acceso para todos los públicos las 24 horas del día. Curiosamente, justo enfrente, en la manzana en la que se encuentran las residencias de estudiantes y los hoteles, el parque que ocupa parte del interior de manzana está vallado y se puede cerrar, y de hecho se cierra, durante la noche para evitar, precisamente, lo que sucede en la manzana de enfrente.

Las quejas de los vecinos son rotundas. “Desde que se ha abierto hay incidentes que nos impiden descansar por la noche y estar tranquilos durante el día. Allí se concentra suciedad y basura y tenemos miedo de ser agredidas”, cuenta una de las vecinas de la zona ante los regidores del distrito de Sant Martí.

Lo peor es cuando se concentra gente para hacer botellón tanto en las horas de entrada a las discotecas de la zona como a la salida de estas. “Hemos encontrado desde excrementos humanos hasta jeringuillas usadas, pasando por cristales rotos de las botellas que tiran. Durante los fines de semana se concentran grupos de gente haciendo botellón y se producen peleas. También hemos visto parejas practicando sexo. Y aunque les llames la atención, no hacen ni caso”.

CERRAR EL PARQUE

Los vecinos consideran que la mejor solución es proceder al vallado del parque para que por la noche no se pueda acceder, como pasa en decenas de parques interiores que hay en la ciudad, entre otros el que se encuentra justo en la manzana de enfrente.

“Se puede cerrar”, afirma otro vecino. “Incluso estamos dispuestos a pagar las vallas. De hecho, nosotros hemos vallado parte de nuestra propiedad. Inicialmente el parque estaba vallado y entonces no había problemas. Incluso hemos llegado a poner un servicio de vigilancia. Lo que se deberia hacer es una labor de educación”.

Pese a las quejas de los vecinos, el ayuntamiento del distrito se limita a pedir disculpas y a reconocer que no ha actuado a su debido tiempo. Sin embargo, a la hora de ofrecer soluciones, la respuesta no es la que esperan los vecinos, ya que desde el ayuntamiento se asegura que la idea de vallar el recinto presenta problemas técnicos, una argumentación que los vecinos rechazan.

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