El refugio antiaéreo de Sant Martí no se conservará. La instalación de la Guerra Civil, que se encuentra en la confluencia de las calles de la Independència y de Mallorca, se ha documentado pero no se preservará debido a su mal estado, según fuentes del Ayuntamiento de Barcelona. El refugio ha sido hallado durante las obras de construcción de una nueva salida de emergencia de la línea del AVE, que debe unir las estaciones de la Sagrera y de Sants.
La actuación llevada ha consistido en valorar el estado de la estructura y documentarla a partir de un proyecto de intervención arqueológica elaborado desde el Instituto de Cultura de Barcelona. Los primeros que entraron en el refugio fueron los agentes de la unidad de subsuelo de los Mossos d'Esquadra, que confirmaron el mal estado del espacio. Fuentes municipales aseguran que es uno de los refugios que nunca se acabaron de construir y, con los años, las paredes y las bóvedas de arcilla se han hundido.
El informe publicado por la empresa de servicios topográficos Altiplà explica que la parte accesible del refugio tiene unos 20 metros, aunque únicamente los seis y siete primeros metros "tienen la estructura propia del refugio acabado y una escalera de acceso". Con acabados de bóveda catalana, el refugio tiene una anchura de 1,30 metros y una altura de 1,90 metros. La periodista Cristina Palomar ya mencionó la existencia del citado refugio en el artículo de opinión El Clot, un barri assetjat per les obres.
ZONA CON SEDIMENTOS
Los servicios municipales han sellado el acceso al refugio, que está situado, mayoritariamente, en el punto donde se tiene que construir la salida de emergencia de la línea del AVE. Una vez documentado el interior, el Ayuntamiento insiste que no tiene intención de recuperar la instalación por el mal estado en que se encuentra. El informe de Altiplà confirma que en el resto de la instalación solo quedan algunos tramos de paredes construidos. "Los años que el refugio lleva tapado y en desuso han provocado que la parte más honda esté llena de sedimentos".
Durante la Guerra Civil, en Barcelona se construyeron unos 1.400 refugios. La capital catalana fue la primera ciudad con bombardeos sistemáticos contra la población civil. La Junta de Defensa Pasiva de la Generalitat encargó a un joven ingeniero, Ramon Perera, un sistema de defensa contra los ataques. La mayoría de las instalaciones fueron construidas por hombres, mujeres y niñosl. Unos pocos refugios se han conservado y se pueden visitar. Es el caso del Refugi 307 del Poble-sec y de las instalaciones de la plaza del Diamant, la plaza de la Revolució y de la plaza de les Heures.