La imagen que en los últimos tiempos ofrece un recinto emblemático como el Parque Diagonal Mar está muy lejos de la que planificó su creador, el arquitecto Enric Miralles. La dejadez y el abandono que se percibe cuando se visita el recinto resulta seriamente preocupante y los vecinos ven como la degradación del recinto no para de crecer conforme va pasando el tiempo. La falta de cuidados y de vigilancia permite que las actitudes incívicas sean moneda corriente en el interior del parque. El mal uso que algunos visitantes hacen de las instalaciones es una de las consecuencias del escaso interés que parecen tener las administraciones municipales en el cuidado del parque, desinterés que ha sido denunciado en numerosas ocasiones por los vecinos del barrio sin que, por el momento se haya notado mejora alguna.

Lo último que se ha visto es a un grupo de jóvenes usando el lago como piscina, una situación anormal que ha provocado la indignación de los vecinos de la zona. Hace unos días, las personas que paseaban por el parque pudieron observar como los jóvenes se lanzaban al agua sin que hubiera ningún vigilante que les llamara la atención.

PELIGRO

La situación puede provocar situaciones de serio peligro. En primer lugar, por la insalubridad del agua, que puede generar intoxicaciones por la ingesta involuntaria del agua.

Además, como se ve en una de las fotografías, algunos de ellos se subían en la barandilla del puente que atraviesa el lago y se lanzaban al agua, corriendo un riesgo evidente de sufrir alguna lesión, ya que la profundidad del lago no es suficiente para evitar que se pueden producir choques violentos contra el suelo del lago.

Los jóvenes se lanzaban desde el puente al lago



Según los vecinos que contemplaron la escena, los jóvenes llegaron al recinto con bicicletas del Bicing, que dejaron ocultas entre los matorrales.

VIGILANCIA INSUFICIENTE

Aunque los responsables municipales pusieron hace algún tiempo, ante las constantes quejas de los vecinos, una pareja de vigilantes, su presencia en el parque es insuficiente y, además, en muchas ocasiones su nula autoridad les genera algunos problemas.

De hecho, algunos vecinos han comprobado como en determinadas ocasiones en que los vigilantes han llamado la atención a personas con comportamientos incívicos, aquellos se han visto increpados, y a veces amenazados, por las personas a las que llaman la atención, por lo que apenas pueden cumplir con su misión del vigilancia.

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