Algunos vecinos de La Verneda se han convertido en auténticos vigilantes de seguridad. Y vigilan, concretamente, unos locales situados en el número 240 de la Rambla de Prim que se intentaron okupar el pasado jueves. Desde ese día, han establecido unos horarios que les permiten hacer guardia las 24 horas del día ante la puerta de uno de los locales. Tras cinco días de máxima atención y desamparo, comienzan a ver –aunque sin fiarse– algunos atisbos esperanzadores.
INTENTO FRUSTRADO
Cristina Faneca, una de las vecinas que están en guardia para evitar que los okupas cumplan con su cometido, fue la primera en ver a una de las personas que intentarían acceder en un local. “El jueves, de buena mañana, estaba paseando al perro cuando una vecina me dijo que había sonado la alarma de un local”, asegura a Metrópoli Abierta. Poco después, una mujer rumana que Faneca había visto ese mismo día, acompañada de otras personas, accedió al interior, pero los Mossos d'Esquadra evitaron que completaran la okupación.
“Por la tarde lo volvieron a intentar, pero volvimos a llamar a los Mossos y a raíz de esto los vecinos empezamos a hacer guardias de 24 horas”, explica la vecina, quien a día de hoy, como muchos otros residentes, continúa cumpliendo con el plan de vigilancia.
DIVERSAS OKUPACIONES
La okupación de estos locales no son casos excepcionales en La Verneda. Faneca asegura que los vecinos no están aquí “solo por el local”, sino porque “está lleno de rumanos que tienen ocupados otros espacios”, como por ejemplo “algunas naves llenas en la calle de Santander”.
El comportamiento que tienen los okupas una vez se encuentran en el interior de cualquier tipo de recinto no es, precisamente, ejemplar. Tal como explica la vecina, “tiran excrementos a la calle, están en la calle con sillas como si estuvieran de verbena, han okupado los jardines atemorizando a madres y a sus hijos, y beben alcohol en la vía pública”. Además, los okupas se ríen del vecindario al que encuentran haciendo guardia: “Pasan por aquí, se burlan y escupen en el cartel”, afirma visibilizando su hartazgo.
Pese al desprecio con el que este colectivo trata a los vecinos, y en vistas de que éstos han llevado a cabo una respuesta conjunta, los okupas se muestran interesados en conocer sus intenciones. Buen ejemplo de ello es el intento de infiltración que llevó a cabo uno de los miembros. “Ayer a las 4 de la mañana vino uno muy arreglado y se sentó aquí para sacarnos información”, asegura Faneca.
ENTIDADES BANCARIAS
Los espacios que han intentado ser okupados esta vez albergaban, hace unos años, entidades bancarias. Pese a que alguno contaba con alarma de la compañía Prosegur, la empresa actuó de forma poco eficaz tras el suceso. “Cortaron la alarma a las 11 de la mañana y llegaron a las 3 de la mañana del día siguiente”, indica la vecina.
Este lunes se han personado instaladores de otra compañía para instalar un nuevo sistema de aviso, pero los residentes de la Verneda desconfían de la eficacia de éste después de la experiencia vivida con la anterior empresa.
INSEGURIDAD Y MIEDO
Faneca destaca la inseguridad que hay actualmente en el barrio, del que dice haber vuelto a la delincuencia “de los años '80”. “La gente tiene miedo por la calle. Entran a robar a las tiendas, revientan coches... Hacía muchos años que esto no pasaba”.
De la misma manera, la vecina pone el foco en el último año, donde ha habido un incremento “exagerado” de los actos delictivos en la zona. Tanto es así, que asegura haber llegado a tener miedo de forma diaria al dirigirse hacia el trabajo. “Cada día voy al metro a las 6:30 para ir a trabajar y da miedo, cuando es algo que antes no pasaba”, remarca.
VISITA DE ESCUDÉ
Pese a que Faneca explica que desde este lunes los cuerpos policiales sí responden de manera eficaz, la vecina afirma que desde el jueves hasta el domingo la Guardia Urbana no ha hecho acto de presencia en la zona, todo lo contrario de los Mossos d'Esquadra, que sí han mostrado su predisposición con este caso.
Agentes de los Mossos d'Esquadra ante el local tras el intento de okupación / VERNEDA DENUNCIA
Finalmente el concejal del distrito de Sant Martí, David Escudé, se ha presentado este lunes en el número 240 de la Rambla de Prim explicando a los vecinos que tratará de solucionar esta problemática. “El regidor del Ayuntamiento y el jefe de la Urbana han venido asegurando que intentarán poner soluciones por todos los medios”, indica Faneca. Pese a ello, afirma que los vecinos no bajan la guardia, porque tienen que “ver hechos, no buenas palabras”.
MEDIDAS EXIGIDAS
Desde el pasado jueves el vecindario se encuentra haciendo guardias de 24 horas a las puertas de un local sin excepción. Además, han recogido unas 400 firmas que presentarán al distrito de Sant Martí. Para que esta situación llegue a su fin, tienen tres exigencias principales.
En primer lugar, piden que se incremente la seguridad en el barrio, ya que los episodios de delincuencia se han convertido en habituales de la Verneda. Después, los residentes demandan que se tapie correctamente la puerta del local que se encuentran custodiando para que este escenario no vuelva a repetirse.
Finalmente, Faneca se refiere a los colectivos de “rumanos” que atemorizan a los vecinos del barrio y protagonizan las okupaciones, indicando que la única solución, en este caso, es que se los lleven del barrio: “Que se los lleven donde sea, pero aquí no los queremos”, explica la vecina que, un día más, cumple con la guardia asignada en defensa de su barrio.