En la confluencia de la calle de la Marina con la plaza de los Voluntaris Olímpics una imagen llama la atención de los transeúntes por encima de otras. Se trata del gigante caído de la Vila Olímpica. El pasado martes 21 de enero, ráfagas de viento que llegaron a 140 kilómetros hora tiraron al suelo la escultura David i Goliat, inaugurada en ese emplazamiento el 7 de diciembre de 1992. La obra tenía que haber estado lista para los juegos olímpicos, pero no llegó a tiempo "por dificultades técnicas", escribieron en su momento los periodistas Jaume Fabre y Josep Maria Huertas.
En las imágenes difundidas por distintos usuarios a través de las redes sociales se ve como la escultura se dobla por los efectos del viento. La fuerza que tuvo que soportar la obra del artista Antoni Llena se puede apreciar en el vídeo que colgó Alberto Alcántara. Las palmeras situadas junto a la escultura, en el parque de les Cascades, van de un lado a otro. David i Goliat cayó de noche, lo que seguramente pudo evitar males mayores.
Doce días después del vendaval, David i Goliat sigue en el suelo, totalmente doblado, rodeado de vallas del Ayuntamiento de Barcelona, aunque sin que por el momento se haya iniciado la reparación. Probablemente, los trabajos se tendrán que hacer en el mismo parque. La escultura metálica es demasiado grande para ser trasladada. Mide 18 metros de altura, 16 de ancho y pesa varias toneladas. El levantamiento de David i Goliat debería empezar en pocos días.
EL MANTENIMIENTO, TRES SEMANAS ANTES
Fuentes municipales explican que todavía están evaluando cómo se actúa y subrayan que todavía es pronto para concretar nada. En términos parecidos se ha expresado el presidente de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, Jordi Giró. Añade que la puesta en pie de la escultura la está valorando el departamento de Patrimonio. "En unos días tendremos una reunión con el distrito para que nos informen. Se está haciendo la valoración de daños en todo el litoral", asegura el dirigente vecinal.
Curiosamente, la caída de la escultura se produjo tres semanas después de que fuera pintada y se llevara a cabo el mantenimiento anual. "Durante varios días, David i Goliat estuvo cubierto por un andamio. Si el temporal hubiera sido entonces, se lo hubiera llevado", añade el presidente de los vecinos. Los trabajos, que incluyeron la reparación de la chapa oxidada, costaron unos 85.000 euros y se acabaron el 30 diciembre.
El monumento está presidido por una gran careta de metal que, según Fabre y Huertas, era en sus inicios como una gran vela que podía sufrir problemas a causa del viento. El Ayuntamiento tuvo que recorrer a un despacho de ingenieros franceses, Principia Recherche Developpement, de Blagnac, para resolver la cuestión. Pese a que se consiguió mantener erguido al gigante, la escultura ha sido víctima de las inclemencias del tiempo y de la proximidad del mar, lo que ha causado en la obra importantes oxidaciones.
En 2005, David i Goliat fue restaurado. Dos años después se repitieron los trabajos de mantenimiento. Fabre y Huertas explican que en el monumento se instalaron desagües para evitar que se acumulara agua dentro. También se rehicieron las soldaduras y todo el monumento se protegió con resina. Los periodistas opinan que la escultura se tendría que haber construido de acero inoxidable, pero al no ser así la obra tiene que estar en permanente vigilancia por su falta de estabilidad y consistencia.