Barcelona en Comú ha desplegado una importante campaña de comunicación barrio a barrio con la diana puesta en las municipales del 2023. Falta más de un año para los comicios, pero el partido de la alcaldesa Ada Colau no está dispuesto a perder pedal para luego tener que hacer esprint final: los primeros espadas de la formación que ostentan cargos en la Administración local han sido movilizados para captar voto. Esta estrategia significa recuperar uno de los feudos del voto de la izquierda en la capital catalana, un distrito que a Colau se le ha resistido y sin el que una gran cantidad de sufragios se le pueden escapar hacia el PSC.
Y como los socialistas son sólo socios de gobierno y no amigos, Barcelona en Comú ha iniciado una guerra de información en una de las zonas donde el PSC suele ganar de calle y donde en las últimas municipales volvieron muchos votos a este último partido: es el distrito de Sant Martí, uno de los más grandes de Barcelona y que puede, a la postre, decidir quién es el próximo alcalde de Barcelona, puesto que un vuelco electoral entre BeC y PSC cambiaría las tornas y podría hacer presidente a un socialista, relegando a la representante de los comunes a una tenencia de alcaldía.
ARAÑAR VOTOS AL PSC
La estrategia de Colau pasa, pues, por arañar votos al PSC en este distrito. Si al menos evita que se le escapen votos hacia sus socios de gobierno, podría ser que continuase ganando en votos al PSC en el conjunto de a ciudad de Barcelona. De lo contrario, los comunes podrían iniciar un declive electoral de consecuencias imprevisibles. Ante esta posibilidad, BeC se ha volcado en Sant Martí, haciendo que sus responsables municipales conecten con el tejido asociativo y con los vecinos de la zona.
La concejal de Salud, Envejecimiento y Cuidados Gemma Tarafa, fue la primera en romper el hielo con un acto en la plaza del Mercat del Clot el pasado 19 de febrero. Ese mismo día, BeC establecía paradas informativas en varios puntos de Barcelona: además de la inevitable del Clot, plantó una en la Rambla del Poble Nou, otra en el mercado del Vall d’Hebron y otra en el mercado de la Sagrada Família. Esta frenética actividad se presenta como iniciativa de Barcelona en Comú (BeC) “para explicar a pie de calle todo lo que estamos haciendo desde el gobierno para mejorar la vida de la gente”. Pero lo cierto es que las estrellas invitadas no son altos cargos de BeC, sino que se convocan como cargos institucionales. Tarafa habló especialmente sobre salud mental y temas relacionados con su área, un sector que afecta especialmente a los ciudadanos.
SEGUNDO MITIN
Pero eso fue sólo el comienzo: el 26 de febrero, era en la plaza Llibertat Ròdenas, en la confluencia de Rambla Guipúscoa con Maresme, en pleno barrio de la Verneda, donde hubo otro auténtico mitin electoral, esta vez con Laura Pérez, cuarta teniente de alcalde y concejala de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, Eva Campos, consejera de BeC en Sant Martí, y la activista vecinal Montse Milà. En un principio, también estaba prevista la presencia de la diputada Jess González, que finalmente no pudo asistir.
No había parada informativa, pero sí un mural en medio de la plaza en el que se detallaban (muy visualmente) los grandes proyectos municipales. Se supone que todos ellos son de la institución, aunque en la exposición de la Verneda figuraban firmados por BeC: desde la preservación de la masía de Can Miralletes hasta la reforma de la Meridiana pasando por la reforma de Via Trajana, el plan Cobega (promoción de pisos con participación pública y privada en los antiguos terrenos de Cobega, en la Rambla Guipúscoa), la construcción de la Biblioteca Gabriel García Márquez, en la calle Treball, o la superilla de Camp de l’Arpa.
DISPAROS CONTRA LA GENERALITAT
La concejala Pérez aprovechó para pronunciar más un mitin electoral que establecer un diálogo con los vecinos. Utilizó, para ello, un turno de palabras en el que diversos ciudadanos planteaban determinadas preguntas a la dirigente municipal. Eran preguntas de libro, para lucimiento en las respuestas. Lo curioso del caso es que muchas de ellas fueron planteadas por representantes de entidades o asociaciones del distrito, pero de fuera del barrio de la Verneda.
El mitin de la concejala llevó a apuntar con cañón hacia otras administraciones y, especialmente, a disparar contra la Generalitat de Cataluña. “¿Sabéis cuánto dinero ha puesto la Generalitat este año en servicios sociales?” Pues eso: cero euros”. Ante una cuarentena de personas sentadas y unas 30 más de pie desperdigadas por la plaza, no ahorró críticas a la otra Administración poniéndose la medalla de la salvadora de la gente. “El Ayuntamiento no tiene competencias en materia de salud. Pero estamos diseñando recursos nuevos”, afirmó ante la audiencia.
13.000 PERSONAS EN LISTA DE ESPERA
Aseguró que el consistorio está haciendo cosas que no le toca hacer pero que si no hubiese existido este Ayuntamiento, los ciudadanos hubiesen quedado desasistidos, “La negociación de la Gemma Tarafa, que es la concejala de salud, es incesante con el consejero”. Sin pelos en la lengua, criticó con dureza al Govern por haber “cerrado todos los servicios de la Generalitat de Cataluña, lo que ha generado una cola de 13.000 personas que están esperando la revisión de grado”. En un relato apasionado de su labor, dijo que las exigencias del consistorio son, en primer lugar, mejorar la financiación en materia de dependencia “porque los servicios sociales son una competencia delegada del Ayuntamiento”.
Pero no sólo eso: los problemas burocráticos que tienen los ciudadanos a la hora de cambiar el grado de dependencia son a veces una barrera insalvable para una familia. “Nuestra demanda a la Generalitat de Cataluña es ‘dejadnos hacer un servicio de atención domiciliario transitorio. No dejéis a una persona que se está degradando hasta el reconocimiento de grado’. Ésta es la negociación que tengo con la Generalitat. Primero, financiad mejor el servicio de dependencia. Y segundo, agilicemos los trámites. Son 13.000 personas las que esperan en la ciudad de Barcelona una revisión de grado. Si fuese otro sector, estarían en la plaza Sant Jaume llenando la plaza, porque es insostenible para la cuidadora y para la persona que está padeciendo la degeneración”.
Fue la consejera de distrito, Eva Campos, la encargada de airear la lista de beneficios para el barrio: “Tenemos recursos limitados y no podemos hacer todo a la vez, pero barrios como la Via Trajana están cambiando considerablemente. En La Pau, la iluminación, la pista de la calle Menorca, el puente de la calle Santander, que es la estrella en la que llevamos trabajando desde el anterior mandato, la biblioteca de Sant Martí como hub cultural… Es decir, estamos haciendo un cambio de la realidad en los barrios muy importante. Pero no se puede hacer todo a la vez”. Por eso, el público reunido tuvo que esperar a que acabase el mitin para poder disfrutar de baile y vermut gratis. Como en los viejos tiempos de las campañas electorales.