Los niños que han terminado las clases en la escuela Els Porxos, en Sant Martí, juegan en el parque infantil situado en la plaza de enfrente que lleva el mismo nombre. Varios grupos de jóvenes pasan la tarde sentados en los bancos de la zona, con música. Nada parece indicar que hace tan solo unos días, el pasado domingo 4 de septiembre, un hombre murió tiroteado a las puertas del colegio.
La víctima, de origen dominicano, salía del bar latino La Menol sobre las 03.00 horas de la madrugada cuando, después de dar unos cuantos pasos, recibió cuatro disparos: dos en la espalda, uno en la cabeza y otro en el mentón. El hombre cayó al suelo, aún con vida. Los sanitarios del CAP que se encuentra a pocos metros salieron en su ayuda, pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
"PENSÉ QUE ERAN PETARDOS"
Algunos vecinos del barrio, que prefieren mantenerse en el anonimato, han explicado a Metrópoli que la ejecución los pilló por sorpresa: "Yo me desperté, pero pensé que eran petardos", narra una vecina que vive en uno de los edificios que rodea la plaza. Su balcón da a la calle donde tuvo lugar el asesinato.
"En este bar hay mucho jaleo y no se junta buena gente, así que creímos que el follón vendría de ahí", apunta otro vecino, testigo a diario de la actividad del bar La Menol.
"HUYÓ EN CONTRADIRECCIÓN"
Después de asomarse por la ventana para contemplar el supuesto espectáculo pirotécnico, esta vecina presenció la huida del asesino: "Iba en moto y huyó en contradirección". Por tanto, el criminal se dirigió a la calle de Fluvià, seguramente para llegar antes a Gran Via de les Corts Catalanes.
SIN PRESENCIA DE BANDAS LATINAS
El origen dominicano del fallecido ha llevado a pensar que el crimen haya sido un ajuste de cuentas entre bandas latinas. Sin embargo, tanto los Mossos d'Esquadra como la Guardia Urbana de Barcelona niegan a este digital que la zona sea especialmente conflictiva por la presencia de estos grupos. En los últimos meses no ha habido ninguna actuación policial en el barrio por esta problemática. "Está bastante tranquilo", informan fuentes policiales. Aunque no descartan algún suceso "puntual".
Por el momento, la investigación continúa abierta y no han trascendido más detalles sobre el autor del crimen.
ANTECEDENTES PENALES
La víctima, Juan Miguel G., de 43 años, contaba con antecedentes penales y judiciales, la mayoría por tráfico de drogas.
Los residentes consultados por Metrópoli no conocían al fallecido, por lo que no era un vecino del barrio.
GUERRA DE BANDAS DOMINICANAS EN BARCELONA
Los últimos altercados violentos que tienen como protagonistas a miembros de estas bandas latinas datan del 2016. Aquel año hubo seis muertos por la guerra entre grupos: el primero en la discoteca Koko del Paral·lel, el 22 de abril. ¿El origen del conflicto? El robo por parte de un clan a otro de un cargamento de droga traído desde Amsterdam.
A partir de ese suceso se originó una espiral de asesinatos que un año después, en el 2017, todavía seguía vigente: en el barrio de Sant Cosme de El Prat de Llobregat otro pistolero mató a dos hombres más dentro de su domicilio. Antes de eso hubo otras ejecuciones con apenas un mes de diferencia en L'Hospitalet y Terrassa, todas relacionadas con la venganza entre bandas.
MAFIA DOMINICANA EN EL POBLE-SEC
Al margen de esta guerra, Metrópoli tuvo constancia hace un par de años de una banda dominicana asentada en el Poble-sec. En aquel entonces el vecindario vivía con miedo de que su propiedad fuera okupada por los miembros de los clanes: o los dominicanos o los pakistaníes.
La latina, según relató Gael, un residente del barrio, tenía el monopolio de la droga en el Poble-sec. Llegaban incluso a repartirla a domicilio con sus patinetes eléctricos, tal y como pudo presenciar este medio. Contaban con bares, cafeterías y peluquerías en las que blanqueaban el dinero y controlaban a los residentes. "Si intentas frenarlos o te inmiscuyes en sus asuntos se ponen violentos. Te cortan una mano o un dedo y asunto cerrado, también te eliminan del panorama si intentas hacerles la competencia en la venta de droga", lamentaba el residente.
Actualmente, el grupo sigue presente en el barrio: "Nunca han dejado de existir", ha confirmado una vecina.