Crisis en el pequeño comercio de la calle de Rogent, en el barrio del Camp de l'Arpa del Clot de Barcelona. Los propietarios de varios negocios de la conocida como la 'milla de oro' del distrito de Sant Martí han puesto el grito en el cielo por unas obras "que aparecieron por sorpresa, sin avisar" y que acarrea importantes pérdidas a los locales ubicados en el tramo entre las calles de València y la avenida Meridiana.

Así lo han explicado los afectados a Metrópoli. El pasado lunes por la mañana, sin previo aviso, la calle peatonal apareció con un segmento vallado. Los trabajadores comenzaron a levantar el pavimento en una jornada que se alarga desde aproximadamente las 08:00 a las 18:00 horas. Más allá de las molestias por ruido del toro o la excavadora, la ocupación del espacio y el polvo se han convertido en una amenaza para la viabilidad de los establecimientos.

Solo en el tramo más afectado hay varios negocios de restauración, de venta de productos alimentarios y una heladería. "De momento, hemos contabilizado que hemos dejado de ganar unos mil euros por día", explica uno de los restaurantes."Hemos perdido buena parte de la terraza y la que hemos podido recolocar está muy cerca del vallado. El polvo llega hasta las mesas, nadie se quiere sentar. Trabajamos seis personas en este local, si nos hubieran avisado podríamos haber programado las vacaciones en consecuencia y cerrar, pero este dinero que estamos perdiendo es lo que paga las nóminas a final de mes", añaden.

Cambio del suelo

Si bien hay negocios que ya se han visto afectados por las obras, aprobadas por el consistorio barcelonés el pasado mayo, la gran mayoría ven con inquietud el avance de las mismas. Se prevé que los trabajos, que han requerido de una inversión de 875.000 euros, se prolonguen por ocho meses, según explica el consistorio a este digital.

Calle de Rogent en obras METRÓPOLI

En este margen de tiempo, se cambiará el pavimento central de la calle por uno anti-caídas y afectarán a la calle de Rogent en los tramos comprendidos entre las calles de Mallorca y Freser y entre València y la avenida de Meridiana. Hoy por hoy, se ha levantado el pavimento de la mitad de este último tramo.

En esta línea, fuentes municipales aseguran también que "desde la dirección de obra también se ha hablado con los otros establecimientos y se hace un seguimiento".

Miedo e incertidumbre

Pero hay comerciantes que, aunque no tengan las obras delante, sí acogen con miedo e incertidumbre los trabajos. Entre ellos, un pequeño local de comida añade que esta misma semana efectuará su primer despido. Todavía las obras no han llegado delante del local, pero el ruido y el polvo que en ocasiones llega ya ha comenzado a notarse. Con una terraza formada por solo cuatro mesas, "la gente ya no se sienta tanto o no quiere quedarse por el ruido de la maquinaria". "Cuando las obras lleguen, a saber si podemos seguir abiertos", lamentan.

Situación más complicada vive la heladería en la calle. "Se nos cuela el polvo constantemente y vendemos helados. Ya está afectando al negocio, lo importante es proteger el producto". Lo peor, explican, "es que es un negocio completamente de temporada. Abrimos en marzo, cerramos en octubre, pero el alquiler lo pagamos todos los meses y estas obras nos revientan julio y agosto, los meses precisamente más importantes del año. Nos ha tumbado la temporada", sentencian.

Tramo de la calle de Rogent con las obras todavía por empezar METRÓPOLI

Más allá de los locales de alimentación, existen otros negocios que todavía no han experimentado efectos negativos, pero que temen que la dificultad de tránsito en la vía en los próximos meses afecten al volumen de ventas. Es el caso, por ejemplo, de un gimnasio, varias tiendas de moda, una droguería y una peluquería, entre otros.

Comercios de barrio

Con todo, los comerciantes se preguntan qué hacer para salvar los muebles. El propietario de un local que hace esquina asegura que valoró programar un erte, "pero el gestor lo desaconsejó". "Por el momento, solo podemos intentar aguantar", analiza. En esta línea, asegura que el consistorio no ha puesto sobre la mesa posibles indemnizaciones de cara al futuro y que el consistorio "ha enseñado su cara menos dialogante". A través de la asociación Eix Comercial El Clot "hemos pedido varias reuniones y que regidor y gerente del distrito se personen para escuchar nuestros problemas, que vean cómo nos está afectando y podamos encontrar una solución que minimice el impacto en los negocios, pero por el momento el único que se ha interesado por nuestra situación es el concejal del PP del distrito Antonio González".

Al final, indica, se trata de comercios de barrio, con unos pocos empleados asalariados que prosperan gracias al dinamismo de la calle, pero que no tienen "el aguante" para soportar una temporada baja que podría prolongarse meses.

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