La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la de Madrid, Manuel Carmena, llevan vidas muy paralelas desde que fueron escogidas como primeras ediles de sus respectivos municipios en 2015. Las dos se han metido en los prácticamente los mismos jardines populistas y han chocado contra amplios sectores de la ciudadanía, sobre todo cuando han abusado de su ideología o se han apuntado al enchufismo. La última coincidencia de ambas políticas 'del cambio' (vinculadas a Podemos) es la nefasta gestión de los cementerios municipales.
En septiembre del año pasado, 144 nichos del cementerio barcelonés de Montjuïc se derrumbaron debido a su escaso mantenimiento y los restos de los 350 cadáveres que reposaban en ellos se entremezclaron con los cascotes. El equipo de gobiero de Colau, con el concejal Eloi Badia a la cabeza, eludió toda la responsabilidad intentando correr un tupido velo sobre el caso, pasando por encima de los familiares de los fallecidos. No obstante los afectados piensan denunciar al ayuntamiento por estos sucesos
Pues Carmena acaba de ser la protagonista de algo muy parecido. Las obras de rehabilitación del madrileño cementerio de La Almudena han obligado a exhumar 1.400 cadáveres, pero las exhumaciones se han realizado sin avisar previamente a las familias, según ha informado El Español. Las obras acometidas eran imprescindibles para la rehabilitación del cementerio de La Almudena y eran urgentes. No obstante, el Ayuntamiento de Madrid asegura que ha notificado por carta la exhumación de los féretros. Pero con los trabajos casi consumados, los afectados aseguran que no han recibido "nada". La confusión sobre el tema es tal que el equipo de gobierno municipal de Madrid ha sido incapaz de precisar ni el número de cartas confeccionadas ni su fecha de envío.
SIN NOTIFICACIÓN PERSONAL PREVIA
Todas la familias con las que ha contactado El Español han corroborado que las exhumaciones de La Almudena se han consumado sin notificación personal previa de Manuela Carmena o de su equipo a los familiares de los 1.400 difuntos. Desde 2016, el consistorio madrileño es el único gestor de la funeraria de la ciudad. a eel número ni la fecha de misivas enviadas.
La empresa pública que gestiona el cementerio de La Almudena ha defendido que la política habitual cuando se llevan a cabo inhumaciones siempre es “mandar una carta para avisar a los titulares, aunque este procedimiento no es obligatorio, sino que se ejecuta como deferencia a las familias". Pero esas cartas todavía no han llegado a sus remitentes.
La polémica y masiva exhumación se tuvo que realizar en apenas tres días obligada por el lamentable estado de conservación en el que se encontraba esa zona del camposanto, que amenazaba con venirse abajo de un momento a otro. En Montjuïc, la dejadez y la decadencia de los nichos era todavía mayor, pues ni siquiera pudieron exhumarse los cadáveres antes de que se derrumbaran.