La Plataforma por Tabarnia ha iniciado una recogida de firmas a través de change.org en la que pide a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y a su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello (ambos de Barcelona en Comú), que le cambie el nombre a la plaza dels Països Catalans y se la dedique a al movimiento que pretende convertir las provincias de Barcelona y Tarragona en una comunidad autónoma española diferenciada de Catalunya. Los promotores consideran que si el Ayuntamiento de Girona le ha cambiado el nombre a la plaza de la Constitució (ahora rebautizada como del 1 de octubre), su homólogo de Barcelona puede hacer lo mismo con la plaza por la que se accede a la estación de Cercanías y del AVE de Sants. Ya llevan recogidas más de 15.000 adhesiones en apenas unas horas.
Aunque la idea de Plataforma por Tabarnia pueda parecer disparatada (porque Tabarnia en realidad no existe), los promotores de la recogida de firmas argumentan que el nombre actual de la propia plaza es un clarísimo precedente de que puede dedicarse una calle o un espacio público a un país imaginario. “Los Països Catalans son un constructo imaginario, una invención que ni existe ni ha existido jamás”, han asegurado.
Los impulsores de la recogida de adhesiones en change.org consideran que la plaza en disputa “está situada en un enclave muy importante para Barcelona, tanto a nivel turístico como empresarial: la Estación de Sants, que funciona como puente de vías férreas entre la ciudad y el resto de España y de Europa. “No tiene sentido dedicar una plaza a algo que busca justamente lo contrario, “construir una frontera” con el resto de españoles y de europeos.
EL EJEMPLO DE GIRONA DA ESPERANZAS
La plataforma defiende que Tabarnia sería un nombre mucho más adecuado para este enclave en concreto porque sus seguidores “no quieren fronteras, quieren más vías de tren”. “Tabarnia no quiere romper ni separar, quiere unir y reparar”, han señalado los promotores. Que Girona haya logrado cambiarle el nombre a la plaza de la Constitució en un tiempo récord, con la triquiñuela de una moción de urgencia en el último plenario municipal (y gracias a los votos favorables de PDeCAT, ERC y la CUP), ha insuflado algunas esperanzas a la plataforma. “Vamos a trabajar para conseguirlo. Es posible”, aseguran. Por ahora 6.800 tabarneses incondicionales también creen que es posible. Y la cifra sigue subiendo como un cohete. ¿Les hará caso Ada Colau?