Un fondo de inversión deberá pagar 10.000 euros a un grupo criminal vinculado a la pequeña delincuencia para que abandone un piso ocupado de Barcelona. El propietario del apartamento ha tenido que negociar y tirar de chequera para vaciar el apartamento pese a que antidisturbios de los Mossos d'Esquadra entraron en el inmueble hace unos días para detener a una de sus inquilinas, a quien relacionan con robos a personas y comercios cometidos cerca de la zona donde residen de forma ilegal.
Según informa este jueves Crónica Global, los vecinos del número 2 de la calle Vilageliu, en la Zona Franca, llevan semanas luchando contra lo que tildan de "banda organizada" que okupó un piso durante la pandemia para, según ellos, utilizarlo como base de operaciones para robar. De hecho, los Mossos entraron hace pocos días a la propiedad derribando la puerta porque buscaban a una de las inquilinas. La policía catalana no pudo desalojar, pues carecía de orden judicial. Los agentes derribaron la puerta, detuvieron a quien buscaban y se fueron. Finalmente, el fondo ha tenido que negociar y pagar. Los okupas abandonarán el piso este viernes.
TODO EMPEZÓ DURANTE LA PANDEMIA
A preguntas del citado medio catalán, vecinos de la finca han aportado más datos de este peculiar caso. "Aquí antes había una familia que no pudo pagar la hipoteca. Les echaron. Pues bien, después okuparon la propiedad. Había otros padres que no molestaban. Jamás hubo ningún problema hasta que, también, les desalojaron", han detallado. "Fue durante el coronavirus que llegaron los problemas. Entró un grupo de siete o ocho personas", agregan estas mismas voces.
"No son necesitados. Llevan un tren de vida alto y a veces llegan aquí en taxi. No son una familia vulnerable. Son unos jetas: utilizan el piso de base de operaciones para robar en los alrededores", comentan. Además, según confirma una comerciante de un café cercano, los hurtos han crecido en la zona. "Roban lo que pueden. Móviles y carteras a clientes de bares. Revientan persianas de comercios y escaparates de tiendas. Todo viene de ese piso", lamentan.
PUERTA BLINDADA
Ese piso no es otro que el 1º 2ª del número 2 de la calle Vilageliu i Gavaldà, que hace esquina con Mare de Déu del Port de Barcelona. Este lugar de la ciudad ha visto protestas vecinales en las últimas semanas para que echaran a los okupas. ¿Qué dicen los vecinos? "No quiero hablar mucho. Solo sé que les pagan y se van. Estoy tan quemado que no quiero hablar. Solo quiero que nos dejen en paz", cuenta otro residente.
El vecino aguanta la puerta y da paso a este periodista. Los okupas no pueden acceder al bloque porque no tienen llave y la puerta del domicilio tomado es antiokupas, blindada. ¿Cómo entran? "Trepan por la ventana cada vez desde la calle. Es un primero", aseguran los vecinos.
Pero, sus protestas, que recogieron la cuenta de Twitter Helpers y medios como Betevé, no han sido efectivas. Tampoco lo fue una operación policial de los Mossos para detener a una de las allanadoras. "Y eso que la cogieron con las manos en la masa. Robaron a una doctora en el centro comercial Gran Vía 2. Pues bien, su bolso, el dinero, la documentación, todo, apareció en el piso. Ni así les pudieron echar", explica otra vecina. Finalmente, lo único que ha surtido efecto es negociar y pagar. "Les darán 10.000 euros y se irán. ¿No está mal para tres meses usurpando, ¿no?", añade molesta otra fuente que prefiere no aportar su nombre.