La radio local Ona de Sants-Montjuïc corre el serio de riesgo de bajar la persiana. La causas de este negro futuro son varias. Una de ellas es el alud de bajas tanto de anunciantes como de socios de la entidad desde mediados de marzo de este año, es decir, desde que estallase la pandemia del coronavirus en Barcelona.
Otro problema, aún más importante que el primero, es la petición de la propietaria del estudio, que reclama utilizar parte del espacio para construir un ascensor por el edificio y el resto para usos propios.
AL BORDE DE LA QUIEBRA
Por este motivo, la Fundació de Cooperatives de Consumidors i Usuaris de Catalunya, propietaria del edificio ubicado en la calle Premià, ha dado a la histórica emisora algo más de un año para que abandone su local, tres meses más del que habían pactado en un principio. Dicho de otra manera: u Ona de Sants encuentra un nuevo espacio antes de enero del 2022 o corre un serio riesgo de muerte.
Por si fuera poco, la situación económica que vive la emisora desde el inicio de la crisis sanitaria es muy delicada. Las bajas de anunciantes y socios han dejado a la entidad a punto de la quiebra. Ello se debe a que es un proyecto autogestionado que se financia en una parte importante de las aportaciones de sus miembros.
35 AÑOS HACIENDO RADIO
Cabe recordar que la emisora nació en 1985 como taller de radio dentro del Ateneu Popular de Sants, una entidad que comenzó su andadura en 1933 y que fue cerrada durante la época franquista, por sus ideas progresistas y catalanistas. El Ateneu Popular de Sants fue un referente cultural en el barrio durante la Segunda República.