El vecindario de un edificio municipal en Sants denuncia el abandono del inmueble

"Estamos abandonados de la mano de Dios". Son las palabras de un vecino del número 26 de la calle de Ferreria, en Sants. El hombre lleva viviendo en el edificio 12 años, pero en 2019 el Ayuntamiento de Barcelona compró la finca para incorporarla al parque de alquiler social y asequible. El propio consistorio se hizo eco de la transacción y afirmó que el objetivo de la compra era "evitar una posible gentrificación y/o expulsión de los vecinos que viven allí". Sin embargo, ya son cinco las unidades familiares que han decidido irse.

Uno de los vecinos que todavía resiste en el edificio y que no quiere revelar su nombre comenta a Metrópoli que hace ocho meses que está esperando una reparación de su terraza. "La tenemos con unas vallas provisionales y solo nos dijeron que intentásemos salir lo menos posible". El peligro, como él mismo dice, no solo es para los residentes, sino también para la gente a la que se le pueda derrumbar encima la estructura. Al hombre le parece una excusa que, desde la administración, le intenten convencer de que en la vivienda hay "construcciones a priori irregulares". Harto, asegura que tomará "otras alternativas" y espera con paciencia a que el consistorio se digne a actuar.

El maltrecho balcón de la vivienda de la calle Ferrerias / CEDIDA

"NOS CONSTA QUE ESTÁ REPARADO"

El denunciante muestra a este medio la respuesta por correo electrónico de una trabajadora de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) a su reclamación por el mal estado de la terraza: "Las reparaciones están hechas". Mientras tanto, el resto de pisos han sido reformados para los nuevos inquilinos. Desde el Ayuntamiento aseguran que su prioridad cuando se adquiere un edificio es "garantizar la habitabilidad y adjudicar los pisos vacíos, interviniendo en la rehabilitación de éstos, los vacíos, y en las situaciones más urgentes".

El vecino también se muestra indignado con la subida del alquiler. De pagar 795 euros, ahora les cobran de alquiler 819. Una subida del 3,30% que, asegura, no afecta al nuevo vecindario, que dispone de alquileres sociales. "Tampoco es que sean muy cívicos. Mi terraza parece un basurero", añade el hombre. A esto, el consistorio subraya que la subida en todos los casos, tanto en el sector privado como en el público, es la correspondiente al IPC, y que "en los casos de vulnerabilidad, los alquilados pueden solicitar las ayudas correspondientes para adecuar las cuotas, previa petición y valoración de la situación".

Un puntal que sostiene la terraza del vecino denunciante / CEDIDA

TRECE VIVIENDAS

El edificio adquirido tiene en total 13 viviendas y dos locales comerciales de 98 m2 de superficie cada uno. Las viviendas están distribuidas en cinco plantas más planta baja y una planta ático. Los dos locales se encontraban vacíos en el momento de la compra.

El Ayuntamiento también informó que había nueve viviendas con inquilinos y cuatro que se encontraban vacías. El consistorio aseguraba, también, que analizaría las situaciones concretas de cada una de las unidades familiares y de las vecinas de este inmueble para poder llevar a cabo la regularización y la adaptación de sus contratos al régimen del alquiler de vivienda pública del Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB).