La casi centenaria Escola del Carme de Sants, que anuncia su cierre antes de cumplir un siglo, fue el nido de amor de Lluís Companys y su amante Carme Ballester. Los techos los decoró el sindicalista Salvador Seguí, (el Noi del Sucre), íntimo amigo de Companys que fue asesinado poco antes de acabarlos. Entre la fachada de la escuela en la avenida de Madrid y su puerta trasera en el antiguo pasaje de la Saleta, hay uno de los secretos mejor guardados del presidente de la Generalitat republicana. Es una casita de dos plantas que compró en 1920, cuando era un abogado metido en política. Y desde 1925 hasta 1929 vivió allí Carme Ballester, militante de Estat Català, quien años después se convertiría en su segunda esposa.
En aquel entonces, la casita estaba rodeada de campos y la entrada por el pequeño pasaje garantizaba la privacidad de los encuentros amorosos. Muy cerca del campo de fútbol de la Unión Deportiva Sants, los vecinos recordaban las discretas visitas de Companys a Carmen Ballester, a la que describían como “mujer de extraordinaria belleza, que tenía miedo de vivir en un paraje solitario hasta que en 1929 se trasladó a un piso del barrio”. Fue cuando Companys alquiló en 1927 parte de la casa a la Escola del Carme, que era privada y resiste en su posible último curso. En 1936, siendo ya presidente, alquiló la segunda planta a un matrimonio que conservaba el contrato con la firma del político. Companys lo prestó después al hermano de Carme, que lo habitó hasta su muerte en 1954. Vecinos de la época recuerdan que “Ángel vendió los muebles de Carme para sobrevivir. Nadie acudió a su entierro y el carromato con el ataúd partió solo”.
Acabada la guerra, el año 1942 el Tribunal de Responsabilidades Políticas incautó todos los bienes de Companys y en 1962 el Estado traspasó la casa al Ayuntamiento de Barcelona, que expropió todo el jardín por donde desde entonces discurre la avenida de Madrid. La finca fue valorada en 444.780 pesetas. Tras la muerte de Franco, los inquilinos recibieron la visita de los herederos de Companys. Cuando se promulgó la Amnistía de 1976, los herederos mantuvieron un largo contencioso judicial para recuperar sus bienes, pero la finca no se les devolvía porque estaba inscrita en el registro como propiedad del ayuntamiento. Hubo que esperar hasta 1985 para que el ayuntamiento anulase la inscripción de la propiedad y la devolviese a Héctor y Maria Lluïsa Gally Companys, herederos del expresidente.
UN TECHO ROMÁNTICO E HISTÓRICO
Otro secreto de la Escola del Carme es el techo de la casa. Lo pintó el famoso sindicalista Salvador Seguí, conocido como el Noi del Sucre, quien lo decoró con flores muy pequeñas de tonos verdosos y ocres, pero no pudo acabarlo porque fue asesinado en 1923. Debe de ser la única obra del pintor que se conserva intacta en Barcelona, lo que le añade un importante valor histórico. Su conservación se debe a Elena Boné, la hija de la pedagoga que fundó la Escola del Carme y en cuya memoria se rebautizó el pasaje la Saleta como Elena Girol. Su heredera, que sabía toda la historia, la respetó y evitó que nuevas capas de pintura la sepultasen en el olvido.