De nuevo, las calles del barrio de Sants visten sus mejores galas para celebrar la Fiesta Mayor, que se celebra del 19 al 27 de agosto. Las callejuelas decoradas que conforman uno de los barrios más populares de Barcelona son las principales protagonistas de las fiestas, que todavía mantienen su espíritu local. Familias y grupos de amigos se amontonan todos juntos en las barras que los bares han sacado a la calle, como si de una verbena de pueblo se tratase. Esto es lo que hace realmente especial a la Fiesta Mayor de Sants: la unión y la vecindad.
Las primeras noticias sobre la Fiesta Mayor de Sants se remontan a mediados del siglo XIX, cuando se organizaban bailes como el de Serrallonga o el de bastons, además del baile de Sant Bartomeu, en el que participaban soldados romanos, dos ángeles y un demonio que llevaba una especie de instrumento con el que jugaba a golpear al público. Tras siglos de celebraciones, es evidente que las fiestas han evolucionado, aunque conservan la cultura popular que caracteriza el barrio. Las calles se llenan de familias, gente mayor, jóvenes y niños. A diferencia de otros barrios donde las fiestas se han convertido en un gran reclamo turístico, son pocos los extranjeros que deciden acercarse a Sants, aunque los que lo hacen se muestran expectantes ante lo que ven. Ni siquiera el calor supone un inconveniente para descubrir las 12 temáticas de las calles decoradas.
A pesar de las fiestas, pasear por el barrio no resulta complicado. No obstante, sí se percibe un ambiente más festivo y que alegra a los vecinos. "Es bonito ver cómo las calles se transforman y cambia el paisaje diario", asegura un vecino a Metrópoli. Para algunos visitantes es la primera vez. Otros, se acercan todos los años para disfrutar de una de las fiestas más esperadas de Barcelona. Con el paso de los años, las fiestas han evolucionado, algo que recuerdan los veteranos del barrio: "Antes había más participación de la gente mayor y ahora está más enfocado a la fiesta para los jóvenes", recuerda una vecina. Una fiesta que, según los propios jóvenes de Sants, son mucho más "cómodas" que otras porque hay menos gente y todo está "más controlado".
EQUILIBRIO CON EL TURISMO
Las fiestas de Sants son distintas a las de Gràcia. Mientras que las últimas sufren la masificación del turismo, los vecinos de Sants luchan para que esto no pase. Según explican los residentes, hay un intento de encontrar "un equilibrio" entre los turistas y los que viven en el barrio para que todos puedan disfrutar de las celebraciones. Sin embargo, no siempre es fácil controlar la afluencia de visitantes. Por esta razón, desde las comisiones de fiestas trabajan para que Sants no se convierta en un Gràcia 2.0.
RELEVO GENERACIONAL
Este año se han decorado 12 calles, pero en 2010 fueron 22. La pérdida de callejuelas decoradas se debe a la falta de relevo generacional. Desde las comisiones aseguran a este digital que los más jóvenes quieren disfrutar de las fiestas, pero sin implicarse demasiado. Además, también incide el factor de que Sants es uno de los barrios con precios más asequibles para vivir, por lo que hay mucha gente nueva que desconoce esta tradición popular.
CALLES DECORADAS
Hasta este domingo 27 de agosto, las calles del barrio de Sants se engalanan para recibir a vecinos, turistas, familias y jóvenes de todo el mundo que contemplas asombrados las distintas decoraciones de sus callejones. A través de ellas, el espectador se traslada a un mundo lleno de magia donde prevalece la importancia del cambio climático. Además, la decoración está hecha con materiales reciclados. Las calles ganadoras de esta edición son Sagunt, Papin y Alcolea de Baix.
- Calle Sagunt: con un origami japonés han querido acercar la cultura japonesa a Sants y han hecho una representación del origen de los deseos construyendo una gran cabeza con botellas de plástico por la que se desprenden los anhelos.
- Calle Papin: la decoración reivindica la importancia del cambio climático y sus efectos en las calles de la capital, completamente inundadas por el aumento del nivel del mar.
- Calle Alcolea de Baix: este año ha hecho un recorrido histórico con la luz como hilo conductor.
- Calle d’Alcolea de Dalt: se caracteriza por un estilo rock, con imágenes de grupos como Queen, ACDC o los Rolling Stones.
- Calle de Finlàndia: esta calle está poseída por la ciencia ficción, haciendo un homenaje a la famosa serie Stranger Things.
- Calle del Vallespir de Dalt: esta es la calle más dulce de esta edición, inspirada en Charlie y la Fábrica de chocolate.
- Calle de Valladolid: inspirado en el fondo marino donde caminar entre ballenas, peces y otros animales acuáticos.
- Plaça de la Farga y calle de Rossend Arús: tanto la plaza como la calle se convierten en el mágico mundo de Minecraft, un videojuego muy popular entre los más jóvenes. Todos los elementos del decorado están pixelados, para imitar lo máximo posible el estilo del juego.
- Calle de Guadiana: un recorrido para conocer la astronomía observando el cielo en un viaje que te lleva hasta la antigua Grecia.
- Calle del Vallespir de Baix: homenaje al mago del barrio Gabi Pareras.
- Calle de Robrenyo: decoración marina donde los visitantes pueden pasar por la boca de un tiburón y pasear rodeado de medusas, tortugas o una estrella de mar enorme.
- Calle de Galileu: se convierte en un patio andaluz, con el típico decorado de flores y los elementos populares de Andalucía.
Noticias relacionadas
- Modifican un coche para esconder droga y los pillan en las Fiestas de Sants de Barcelona
- Fiestas de Sants 2023 en Barcelona: todos los conciertos gratuitos
- Fiestas de Sants 2023 en Barcelona: fechas, programa, calles decoradas y más detalles
- Los okupas de Can Vies 'desalojan' a los vecinos durante las fiestas de Sants: "No se puede vivir"