Malas noticias para los amantes del buen vermut. El Bar Bodega Salvat se traspasa, tal como ha podido conocer este medio. Han sido ellos mismos los que han comunicado el cierre a los vecinos del barrio de Sants, con un cartel colgado en la puerta del local.

Abiertos desde 1880, Bar Salvat es una de las bodegas más populares de Barcelona: un establecimiento de toda la vida, apreciado tanto por vecinos como visitantes, donde la tradición, la autenticidad y el buen comer se han convertido en su seña de identidad. Después de casi 150 años de historia en Sants, este establecimiento emblemático se despide de la ciudad, sin que hayan trascendido los motivos del cierre ni el último día de apertura al público.

Casi 150 años de historia

Ubicados en el número 2 de la calle Andalucía, todo aquel que entra a tomarse un vermut o a disfrutar de las tapas y platillos de la familia Salvat, sale empapado del encanto clásico de las bodegas de toda la vida. Su interior está repleto de historia, además de una gastronomía que ha marcado un antes y un después en la ciudad. Desde sus famosas anchoas hasta las exquisitas almejas y alcachofas, cada tapa es una explosión de sabores que cautiva a los paladares más exigentes.

Bodega Salvat, un local centenario ubicado en Sants ARCHIVO Barcelona

Sus vermuts y cervezas tampoco dejan a nadie indiferente: prescinden de añadidos y las enfrían en las centenarias neveras de su bodega, respetando la tradición que les define. Un proceso que les diferencia del resto de bares de la ciudad. Por detalles como este, forma parte de la lista de los mejores bares de tapas de Sants. Su reputación, incluso trasciende las fronteras del barrio, ya que son muchos entendidos los que les incluyen entre las mejores rutas de tapas en Barcelona.

Bodega singular de Sants

Su cierre sorprende entre los vecinos de la capital catalana, ya que la Bodega Salvat es uno de los bares emblemáticos protegidos por el Ayuntamiento de Barcelona. El gobierno municipal anunció en 2020 la incorporación de 11 establecimientos gastronómicos en el catálogo de locales singulares de la ciudad, que por aquel entonces ya contaba con ocho. Una decisión impulsada para evitar el cierre de este tipo de restaurantes de la ciudad y preservar su esencia, vínculos con el vecindario e identidad.

Además de la Bodega Salvat, también se incluyeron la Bodega Sopena y la Bodega J. Cala (Sant Martí), la Bodega Marín, la Bodega Quimet y la Bodega Manolo (Gràcia), la Bodega Vendrell y el Celler Miquel (Eixample), la Bodega Lluís (Sant Andreu) y la Bodega Massana (Horta-Guinardó).