El emblemático teatro El Molino de Barcelona reabrirá sus puertas el próximo 27 de octubre. Lo hará como un espacio destinado a la música de autor, el jazz, el flamenco y la rumba catalana, que además contará con una dimensión pedagógica.
"El objetivo de su reapertura es revitalizar la parte baja del Paral·lel e impulsar la salud cultural de la escena catalana", ha dicho el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en el acto de presentación celebrado este lunes, 16 de septiembre.
Cruïlla gestionará el teatro
El Ayuntamiento compró el inmueble, situado en la avenida del Paral·lel, en 2021 por 6 millones de euros y en junio de este año decidió darle una nueva vida a cargo de la organizadora del festival Cruïlla, quien ganó en junio el concurso para la concesión del uso privado de dominio público del equipamiento.
La entidad será la encargada del mítico cabaret durante los próximos cuatro años, y contará con la colaboración de diversos agentes musicales de la capital catalana, como el Dorado, la Associació de Músics de Jazz o BarnaSants, además de las escuelas de música de la ciudad. La concesión será de uso privativo de dominio público y el pliego contempla la posibilidad de prórrogas.
Prestigio musical internacional
El Molino quiere reflejarse en el Blue Note de Nueva York o en el Ronnie Scott's de Londres. Será un espacio de reconocido prestigio musical internacional, que acogerá conciertos íntimos de los grandes músicos internacionales, pero que también tendrá espacio para una cuidada presencia de artistas locales.
Una de las claves de esta nueva etapa será la inclusión de una oferta gastronómica y de coctelería de calidad que se compatibilizará con las actuaciones. También se recuperará el humor en la programación, rindiendo homenaje a este espacio que comenzó siendo una tasca de marineros, la Pajarera, y después la Pajarera Catalana, que ofrecía actuaciones de flamenco y donde también se contaban chistes.
Punto en encuentro cultural y social
El Molino es uno de los espacios de espectáculos en directo más antiguos de Barcelona, inició su actividad en 1898, hace más de ciento veinticinco años. El Molino fue durante muchos años el punto de encuentro entre las clases acomodadas de la ciudad y los habitantes de este barrio, el Poble Sec, que era y es un barrio trabajador.
El mítico teatro ha sido un punto en encuentro cultural y social. Aquí se encontraban los marineros que llegaban al puerto, con los obreros y la burguesía catalana. Era un espacio libre de prejuicios, transgresor, diverso, plural, abierto al mundo, pero icónico de Barcelona