La clase alta del área de Barcelona está estos últimos días intranquila por la manera de encarar la pandemia por el coronavirus por parte de algunas escuelas privadas. Esta semana se ha conocido el caso de la revuelta de familias en el colegio de élite de Pedralbes, Liceo Francés de Barcelona, que ha aflorado un modelo funcionarial que se está poniendo en duda. Este ejemplo es parecido al del Ágora de Sant Cugat, tal y como ya informó Metrópoli Abierta este jueves y viernes.
Según informa este domingo Crónica Global, algunas fuentes consultadas destacan la "calidad" humana del personal de una escuela internacional que formó a los hijos, entre otras adineradas familias, de la Infanta Cristina e Iñaki Urgandarin; los Puig; los Palatchi o al propio expresident de la Generalitat Artur Mas, pero arremeten sin piedad contra lo que llaman "una minoría gerencial y de profesores que hunde la calidad y vive del modelo". También critican la "falta de control financiero".
FALTA DE CONTROL
Por modelo se refieren las fuentes internas consultadas por el citado medio catalán, que prefieren mantenerse en el anonimato, en los establecimientos de gestión directa (EGD) de la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Exterior (AEFE). Tal y como describe el ente que depende del Ministerio francés de Europa y Exteriores, "su presupuesto se añade anualmente al de la AEFE. La Agencia le asigna las subvenciones y paga el personal titular que ejerce allí".
Crónica Global ha preguntado a la AEFE y al LFB más datos sobre su financiación pero no ha obtenido respuesta alguna. Sí lo han hecho fuentes internas. "Hay falta de control financiero. Nadie sabe lo que cobra el proviseur (algunas fuentes sitúan el salario sobre los 120.000 euros al año, aunque el colegio no lo confirma). Los detalles de su presupuesto anual ni el desglose de las facturas con los contratistas. Yo he visto subir carros llenos de comida a dirección, unos ágapes que nadie paga", explica una voz interna que insiste en no ser identificada.
"Hay falta de control de la AEFE. Durante años, se ha vertido dinero en los liceos franceses sin control sobre las inversiones finalistas y otros dispendios. No es de recibo que pinten todos los pasillos y la capa caiga a trozos a los pocos meses, por ejemplo", agregan.
"Se han acometido reformas de calado, como un teatro en el patio o una reforma en el exterior que costaron millones. ¿Quién controla esos gastos? El proviseur, el señor Duthel, una persona muy amable, habla del capítulo salarial del colegio. Sí, hablemos del mismo. ¿Qué retenciones fiscales tienen los profesores? ¿Se les provee de alojamiento a coste cero dentro del campus? Que lo explique", lamenta la misma fuente. Según otra voz más moderada, "el LFB sí dispone de cierta autonomía financiera, aunque ahora digan que no. Han hecho grandes gastos en infraestructura y pueden contratar a profesores no titulares".
ENDOGAMIA
En el ámbito de los enseñantes también es polémico para las familias de la prestigiosa escuela. "Los profesores titulares tienen que pasar una evaluación cada cinco años. ¿Te crees que alguien se la hace? Hay una minoría dormitando en el colegio que se sabe que son malos docentes, pero a los que nadie echa porque no se les evalúa", se quejan.
¿Y a los contratados directamente? "Al menos los titulares tienen la diplomatura. De los que ficha el colegio, un elevado porcentaje son exalumnos. ¿Qué problema hay? Que perjudica la excelencia. Se les contrata de monitores, luego temporalmente y acaban como profesores. Conozco a un profesor de Matemáticas que es ingeniero. Pero no tiene la titulación. Se le incorporó porque es exestudiante del centro. Esta endogamia no es propia de un campus internacional", lamentan.
NEPOTISMO
Otra de las críticas al colegio se centra en supuesto nepotismo y la merma de calidad educativa. De nuevo, el LFB ha rechazado comentar este aspecto. Sí lo han hecho otras voces. "No puedes apiñar a 30 o 35 alumnos en una clase, como vienen haciendo en los últimos años. No eres un colegio público. Es insoportable en los pasillos y hace caer la calidad".
Esta misma voz añade que "cuenta un mínimo de cinco parejas en el Liceo. La propia mujer del señor Duthel, el proviseur, es docente en Historia. Y no de las más competentes. El marido de la secretaria del LFB es profesor de Física. La pareja de la directora de Recursos Humanos es jefe de Informática. ¿La coordinadora --CPE en francés, por conseiller principal d'éducation--? Su marido es profesor de Matemáticas". Según las voces consultadas, "no es aceptable la política de favorecer a las parejas de los profesores y empleados y los exalumnos. Baja el nivel".
CRÍTICAS AL MODELO
Las voces consultadas insisten siempre en criticar el "modelo" y "una minoría de profesores que baja el nivel del centro". Con respecto a lo primero, vierten duras acusaciones sobre parte de las evaluaciones. "En general, el modelo de exámenes funciona. Pero lo que hay que revisar, y con urgencia, es el baccalauréat o bac (equivalente a la selectividad en España). Es inaceptable que un examen para acceder a los estudios superiores se corrija mediante un sistema de evaluación cruzada con el Liceo Francés de Madrid. Porque los incentivos son a dar el 100% de puntuación a los alumnos (se les exige un 50% para aprobar) y, así, subir el nivel general de los centros. Falsea los resultados y no es serio", argumentan.
Este apaño con la selectividad del país vecino sería, de nuevo, un elemento que escapa del control gubernamental, pese a que los liceos franceses tiene como misión fomentar la enseñanza de la lengua francesa en el exterior y escolarizar a sus compatriotas que viven más allá del hexágono, cobrando dinero público por ello, claro.
MÁS CONFLICTO
El descontrol con el bac es también muestra, opinan voces internas, de la "endogamia" entre liceos. "El señor Duthel está a punto de jubilarse. Se acerca al final de su carrera profesional. Cuando lo haga, o si él desea empezar antes, sería conveniente una reforma a fondo del modelo, pues la calidad está cayendo en picado desde hace años", dicen las voces consultadas.
A este descenso de la excelencia se le suma ahora el aislamiento social por el estado de alarma. Pese a que el Liceo Francés de Barcelona ha sido incapaz de montar un sistema de enseñanza online solvente, exige el 100% de las cuotas de escolaridad. Los padres y madres se oponen y piden negociar o amenazan con acudir a los tribunales. Actualmente, el conflicto sigue enquistado.
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