Unas obras en un edificio de Barcelona han causado "daños irreparables" en una pintura mural del artista Josep Guinovart situada en una pared del vestíbulo, ha denunciado la hija del pintor y presidenta de su Fundación, Maria Guinovart.

Según publica La Vanguardia, el mural servía de telón de fondo de la escultura La sardana, que se encuentra en el vestíbulo del edificio, situado en el número 11 de la calle Johann Sebastian Bach de Barcelona, cerca del Turó Park, en el barrio de Sant Gervasi-Galvany.

La obra de Josep Guinovart, desaparecida tras un montón de pintura gris / EFE



LA HIJA DEL ARTISTA ANUNCIA ACCIONES LEGALES

Contrariada y desolada, Maria Guinovart ha anunciado que su entidad, encargada de la difusión y la conservación de la obra de su padre, ha iniciado las gestiones para "averiguar quién ha encargado que el mural se tapara con pintura y por qué no se consultó a la Fundación".

Ha anunciado también acciones legales para que "los responsables respondan ante la Justicia" y recuerda que ha habido alguna sentencia, en un caso parecido con una escultura de Pablo Serrano, en el que "se acabaron reconociendo los derechos morales frente al derecho a la propiedad privada, pues sería impensable que alguien que tiene un cuadro de Miró en su casa pudiera pintarle unos bigotes".

"SERÁ IRRECUPERABLE"

El inmueble número 11 de la calle Johann Sebastian Bach forma, junto con los adyacentes 9 y 13, un conjunto arquitectónico proyectado por los reconocidos arquitectos José Antonio Coderch y Manuel Valls, en los que también hay obras de Guinovart.

El mural, que no ha sido protegido durante las obras efectuadas en el vestíbulo, se encuentra en mal estado pero, según la hija del artista, hay intención de conservarlo y restaurarlo.

Así era el mural de Josep Guinovart antes de la destrucción / EFE



Al lugar acudirá un restaurador para que evalúe su estado real, aunque su hija apunta que "será irrecuperable". La Fundación Guinovart tiene previsto entrevistarse mañana miércoles con el presidente de la comunidad de propietarios para saber qué ha ocurrido.

OCURRIÓ CON OTRA DE SUS OBRAS EN 2011

No es la primera vez que una obra de Guinovart ha sufrido problemas de conservación en un espacio privado, como sucedió en 2011 con una pintura mural en la escalera de acceso del número 43 del paseo Joan de Borbó, sobre la cual se instaló una barandilla y una canaleta eléctrica, hecho que fue denunciado por el cronista de la ciudad Lluís Permanyer y que no fue restaurada hasta cinco años después.

La fundación se ha puesto en contacto con Patrimonio de la Generalitat para que se "respeten los derechos morales" de las obras artísticas, porque, subraya, "en este caso no es que se haya degradado, sino que directamente ha desaparecido".

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