El mítico bar Universal, que vivió sus años de gloria en la década de los años 80 y 90, ya no existe. Situado en la calle de Marià Cubí, el Universal fue derribado totalmente este lunes, aunque ya hacía más de un mes que habían empezado los trabajos de demolición interiores. La sala, que también funcionaba como discoteca, ha ido al suelo -por macabras coincidencias del destino- el día en el que se permitía que los locales de ocio nocturno volvieran a abrir tras meses cerrados por la pandemia.  

Antes de convertirse en uno de los bares de moda de la ciudad, el edificio de Marià Cubí 182 fue la sede de la cooperativa La Flor de Maig, un símbolo del asociacionismo obrero, en el barrio de Galvany. Era una de las siete sedes que llegó a tener la cooperativa del mismo nombre abierta en 1890 en el Poblenou. La de Galvany funcionó entre los años 1918 y principios de los 50. En la planta baja estaba la tienda y en el piso superior el bar. Un tiempo después del cierre, abrió una carpintería.

Imagen de la cooperativa Flor de Maig /  Barcelofilia



DOS PLANTAS

En 1983, se reconvirtió en un bar-discoteca con dos plantas: el Universal. La sala de baile estaba en la planta baja, mientras que en el piso superior era un espacio para tomar copas con más tranquilidad. En esta parte del Universal era habitual que se celebrarán tertulias literarias. Allí acudió en 1984, por ejemplo, el poeta JV. Foix, a la celebración de la fiesta del quinto aniversario de la editorial Quaderns Crema. A finales de 2019, Crónica Global avanzaba la intención del Universal de reabrir como "club de caballeros"

COMUNICADO DE DERRIBO VIGENTE

Fuentes municipales han lamentado el derribo del edificio, si bien las fuentes consultadas subrayan que el promotor disponía de un comunicado de derribo vigente y adecuado a la normativa, porque la antigua cooperativa no estaba catalogada. El espacio lo explotará la promotora Sunway, propietaria de hoteles  y apartamentos turísticos. Un vecino, Eduard, ha explicado a Metrópoli que ya había avisado al Ayuntamiento de que el edificio podía ir al suelo

Interior de la discoteca Universal de la zona alta de Barcelona / CG



El Ayuntamiento solicitó a los promotores de la obra posponer el derribo y poder evaluar de forma conjunta cambios en el proyecto que dieran respuesta a las reivindicaciones para intentar conservar el edificio dada la singularidad y la importancia que tenía para la memoria colectiva del barrio y de la ciudad. Las fuentes municipales añaden que el promotor decidió tirar adelante con el derribo de la finca. 

ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DEL PATRIMONIO

La intención del consistorio es evitar que se repita una situación como ésta y para ello trabaja en una actualización del catálogo del patrimonio de la ciudad que tenga en cuenta criterios, para la protección de la arquitectura existente, vinculados al paisaje urbano, la memoria histórica o el medio ambiente. 

Sin embargo, las palabras que ahora tiene el municipio con la antigua cooperativa de La Flor de Maig contrasta con lo que decía el concejal del distrito Albert Batlle hace un mes. Según recoge el diario El Jardí, Batlle dijo en el pleno del pasado 20 de mayo que era una casa abandonada desde hacía mucho tiempo y que posiblemente su calidad arquitectónica no justificaba la inclusión en el catálogo del patrimonio.    

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