La Bonanova, el feudo de Manuel Valls en 2019 donde sale a pescar la derecha barcelonesa
Los partidos constitucionalistas se enzarzan una guerra electoral aprovechando la polémica de los okupas en la zona alta
12 mayo, 2023 21:01Noticias relacionadas
Los okupas de la Bonanova han marcado el arranque de la campaña electoral de las municipales de Barcelona. Los partidos de derechas han visto en este suceso un posible caladero de votos de cara a estos comicios. Y es que tanto en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi como en el barrio de Sant Gervasi-La Bonanova --donde se encuentran los edificios okupados de El Kubo y La Ruïna-- la derecha se impuso en la contienda electoral, mientras en la mayor parte de la ciudad arrasó la izquierda.
Manuel Valls, de Barcelona pel Canvi, fue el claro vencedor, con un 24,4% de votos en el distrito y un 19,5% en el barrio de la zona alta. Cabe recordar que el exprimer ministro francés quedó cuarto en los comicios por detrás de las izquierdas (ERC, BComú y PSC).
¿CÓMO VOTÓ EL DISTRITO Y EL BARRIO?
El segundo partido más votado en Sarrià Sant Gervasi y en el barrio de los okupas fue Junts per Catalunya (JxCat). Los exconvergentes obtuvieron el 17,6% de votos y el 13%, respectivamente. Le siguió ERC, con el 17,6% y 11.4% en distrito y barrio. Los socialistas obtuvieron un 13,1% y 9,3%.
Los comunes se quedaron en un 10,2% de votos en Sarrià y un 6% en Sant Gervasi-La Bonanova. El Partido Popular (PP) consiguió un 6,4% de los votos en Sarrià-Sant Gervasi y un 5,2% en el barrio de los edificios del Kubo y la Ruïna. Vox consiguió el 1,5% en el distrito y un 5% en el barrio de los okupas. El partido de extrema derecha, con Ignacio Garriga como líder, obtuvo un resultado 'digno' en la zona alta de Barcelona y, desde entonces, se ha convertido en un distrito clave donde intentan pescar votos.
La derecha representó el 49,4% de los votos en el distrito de Sarrià - Sant Gervasi, mientras que la izquierda, el 40,9%. El resto de electores eligieron partidos que no obtuvieron representación en el Ayuntamiento. En el barrio de Sant Gervasi-La Bonanova el 42,7% votó a los partidos constitucionalistas versus al 26,7% de izquierdas.
ABASCAL EN LA PLAZA ARTÓS
Gonzalo de Oro ha querido seguir el legado de Ignacio Garriga y ha convertido el distrito de Sarrià - Sant Gervasi en su lugar predilecto de campaña. La plaza de Artós, lugar de reunión de grupos de extrema derecha como las Brigadas Blanquiazules (ultras del RCD Espanyol), se convertirá este domingo en escenario de mítin de Vox. Al acto asistirá Santiago Abascal para arropar a Gonzalo de Oro y tratar de penetrar en el Ayuntamiento de Barcelona.
Es previsible que uno de los temas del mítin sean los okupas de la Bonanova, un filón al que se ha agarrado Vox estos últimos días. En la manifestación convocada el jueves por Desokupa, fue la única formación política que le brindó apoyo.
INICIO DEL CONFLICTO
Pese a que los antisistema de la zona alta han entrado con fuerza en la campaña, la existencia de esta problemática para una parte del vecindario no es algo nuevo. Los problemas de "incivismo" que generan los okupas del Kubo y la Ruïna vienen desde hace más de seis años, según fuentes vecinales próximas a los edificios consultados por Metrópoli. Entre los residentes y comerciantes de la calle de Sant Joan de la Salle hay disparidad de opiniones, pero son muchos los que manifiestan su malestar con los okupas. En las últimas semanas, el conflicto se ha avivado tras las imágenes de los antisistema con hachas y palos tras jóvenes del barrio.
El 23 de marzo tenían que desalojar el edificio del Kubo, pero en el último momento lo suspendieron. El motivo fue que no se podía hacer el dispositivo con seguridad, ya que había riesgo de que los okupas se aglutinaran en el bloque de la Ruïna.
PARERA AGITÓ EL AVISPERO
Los anarquistas interpretaron esta suspensión como una victoria y su sensación de poder y control sobre el barrio aumentó aún más. Los partidos de derechas, plenamente conscientes de la cantidad de votos que pueden conseguir en la zona alta de Barcelona, no lo dudaron y aprovecharon la ocasión para hacer campaña electoral. Eva Parera, candidata de Valents, difundió un vídeo enfrentándose a los okupas e imágenes de los antisistema disparando contra los vecinos. Parera fue la primera en agitar el avispero de los okupas, aunque finalmente no ha sido la única en canalizar la ira vecinal contra ellos.
Daniel Sirera, alcaldable del Partido Popular, también se dejó en la Bonanova mostrando su apoyo a los residentes y comerciantes. En unas declaraciones a Metrópoli, aseguró que Ada Colau estaba detrás de la suspensión de la orden de desalojo: "Le pido a ella y a las instituciones que cumplan la ley. Los okupas no son bienvenidos en esta ciudad y no podemos aceptar amenazas a la justicia y a la policía de que van a quemar el barrio. Tienen que ser desalojados cuanto antes por la seguridad de los vecinos", decía el edil.
CIUTADANS SUBIÓ UNA MARCHA
Jordi Martí Galbis, portavoz de JxCat, también se pronunció públicamente sobre la problemática. Tildó el conflicto de la Bonanova como "completamente insostenible". "Las okupaciones delincuenciales de los edificios de la Ruïna y el Kubo hacen la vida imposible a los vecinos. Es necesario que se dicte una sentencia de desalojo que devuelva la normalidad en el barrio", explicaba el independentista en sus redes sociales.
Anna Grau, alcaldable de Ciutadans, ha hecho una intensa campaña en la Bonanova. La líder de los naranjas se ha manifestado cada martes con los vecinos exigiendo el desalojo de los okupas. Las protestas fueron a más a medida que se acercaba la convocatoria de Desokupa, de la que rápidamente se desmarcó Grau.
"Los vecinos de la Bonanova y de toda Barcelona se merecen un gobierno que no les mienta y no les aboque a pagar a okupas o a Desokupas para liberarse de ambos del Kubo y la Ruïna es ya delito de violencia flagrante. Que la policía se los lleve ya. Seguimos", señaló la edil de Ciutadans en Twitter.
Vox tampoco ha desaprovechado la ocasión. Siguiendo la línea que el resto de partidos constitucionalistas, asegura que "acabará con los okupas y con todo tipo de delincuencia". El líder de la ultraderecha cree que Barcelona es "una ciudad sin ley y el paraíso de los ilegales".
EL DESEMBARCO DE DESOKUPA
En medio de esta guerra electoral, entra en juego Dani Esteve, fundador de Desokupa. Aseguró que ayudaría a los vecinos de la Bonanova y que se encargaría de desalojar a los antisistema con "el mayor dispositivo de la historia", con más de 50 trabajadores de su empresa. También convocó una manifestación vecinal asegurando que asistirán más de 5.000 personas. Pero sus planes se vieron truncados.
La policía catalana les dejó muy claro que no estaban autorizados para desalojar los polémicos edificios, ya que carecían de orden judicial. Después de reunirse con los Mossos d'Esquadra, decidieron renunciar al desalojo alegando que "no querían que hubiera heridos". Aun así, mantuvieron la manifestación en pie y, el día antes, anunciaron que el jueves "estarían de celebración" por algo que aún no podían contar.
EL FAROL DE DESOKUPA
La Sareb, propietaria de los edificios okupados, pidió el desalojo como medida cautelar, pero el Tribunal de Justicia de Catalunya (TSJC) tumbó la propuesta. Otro jarro de agua fría para Desokupa. A pesar de este cúmulo de circunstancias, la manifestación siguió en pie y Dani Esteve aseguró que la policía municipal le había dicho que la asistencia había sido de más de 15.000 personas. Una mentira más. Según fuentes de la Guardia Urbana, los manifestantes eran 500, frente a los 600 de la convocatoria a favor de los okupas. No obstante, algunas imágenes difundidas en redes sociales apuntan a una mayor participación de la protesta de Desokupa.
Los partidos constitucionalistas, que tanta campaña han hecho con los okupas de la Bonanova, no asistieron a la manifestación, a excepción de Gonzalo de Oro (Vox), que lo ha compartido por redes sociales. El perfil de asistentes a la manifestación antiokupa era muy variado. Había gente muy joven, incluso menores de edad, que se sumaban a personas de edad avanzada y acomodadas del barrio.
ULTRAS Y NAZIS
A la manifestación también asistieron algunos ultras y nazis, que no dudaron en hacer el saludo fascista a pocos metros de los trabajadores de Desokupa. Cuando se desconvocó la concentración, un grupo de unas cincuenta personas de ultraderecha empezaron a buscar a los okupas por las calles de la Bonanova para agredirlos. "Vamos a pegar a comunistas", "vamos a tirarles petardos y piedras". Todo esto, sumado a insultos homófobos, machistas y clasistas, según pudo comprobar este medio a pie de calle.
Los Mossos d'Esquadra mantienen un dispositivo de seguridad en la zona, que este viernes no corta el tráfico y consta de una furgoneta del Área Regional de Recursos Operativos (Arro) en la plaza.