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"No solo he dejado una vida en Il Giardinetto, he dejado mi casa". Ángel Fernández Chinchilla, un hombre de 63 años archiconocido en la zona alta de Barcelona por su trayectoria como maître --de los que ya no quedan-- se despidió el pasado noviembre del trabajo de su vida.

A sus 63 años, dejó atrás 40 de servicio en el italiano por excelencia en Sarrià-Sant Gervasi por su jubilación. De su carrera, Fernández se llevará "a la tumba" centenares de secretos relevados entre las paredes que simulan un bosque y su clásico piano de cola.