Los carteristas de Barcelona están cambiando sus hábitos. La presión policial en el metro ha obligado a los delincuentes a abandonar progresivamente el transporte público y centrarse en las zonas comerciales y la calle, según han alertado este miércoles los Mossos d'Esquadra durante la presentación del balance de seguridad en Barcelona.
Los hurtos en la ciudad aumentaron por tercer año consecutivo en la ciudad hasta situarse en casi 103.000 en 2016 (un 4,86% más y una media de 281 hurtos diarios). Sin embargo, los hurtos en el transporte público bajaron un 4,4%, con unos 1.200 casos menos, mientras que hubo un repunte en el espacio público (3.500 casos más) y en el interior de los comercios (2.600 más).
“Se trata de los delincuentes habituales, que antes trabajaban en el metro y ahora han subido a la calle”, ha explicado el comisario jefe de los Mossos en Barcelona, Joan Carles Molinero. Así, el transporte público representa el 25% de los hurtos, y se sitúa en tercera posición por detrás del espacio público (41,7%) y los establecimientos comerciales (28,3%).
MÁS PATRULLAS
Molinero ha asegurado que la presión policial en el metro no ha disminuido, pero que intentan modificar las rutas de las patrullas para estar más encima de las zonas comerciales. “Buscamos la complicidad de los comerciantes” para mejorar la eficacia del patrullaje, ha añadido. Las tiendas más afectadas son las zapaterías, las tiendas de ropa femenina y de complementos, según los Mossos.
A pesar del repunte de los hurtos en las zonas comerciales, el comisario se ha mostrado convencido de que las fuerzas de seguridad serán capaces de controlar la situación “cuando los carteristas reincidentes empiecen a ser condenados y reciban órdenes de alejamiento, igual que sucedió en el metro”. Molinero ha recordado que este tipo de delincuentes tienen una gran movilidad y que se adaptan a las circunstancias del momento.