Uno de cada cuatro lectores de este artículo ha sufrido un delito el pasado año. Y si no ha sido su caso, posiblemente alguien de su hogar sí que ha vivido una situación algo embarazosa. El dato se desprende de la Encuesta de Victimización que elabora cada año el Ayuntamiento de Barcelona y que este año ha preguntado a cerca de 4.000 personas. Además, para estas, las principales fuentes de conflicto se deben a los problemas de ruidos con los vecinos (un clásico) o las molestias que les provocan los turistas.

EL TURISTA

A pesar que el turismo se ha convertido en la principal preocupación de los barceloneses, el turismo no es implícito a un mayor número de hurtos y robos, señala el comisionado de Seguridad del Ayuntamiento, Amadeu Recasens. De todas formas, admite que algunos datos sobre la masificación del espacio público pueden verse reflejados en la encuesta, la cual se toma desde el consistorio como una tendencia. ¿Alguna prueba de ello? Parte de los robos y hurtos que antes se producían en las estaciones de metro ahora se han desplazado a las tiendas por la presión policial en el suburbano.

Si bien la cifra puede chocar a primer vistazo, se ha de tener en cuenta que no resulta mucho más elevada que la del pasado estudio. El incremento solo es de un par de décimas, aunque viene a ser un nuevo curso muy por encima de los datos del 2009 a.C. (antes de la Crisis). Con el estallido económico, el porcentaje de victimización en la ciudad subió 5 puntos de golpe y desde entonces no ha conseguido recortarlos.

MÁS ROBOS DE BICICLETAS

A diferencia de lo que suele ser habitual, este pasado año los hombres han sufrido mas delitos que las mujeres. Algo que el comisionado de Seguridad relaciona con el aumento de delitos contra vehículos como la sustracción de accesorios o de objetos de su interior. De hecho, el robo del coche es prácticamente inexistente, aunque sí sube el hurto de bicicletas, algo que Recasens relaciona con su mayor presencia en la ciudad.

Tal como desvela la encuesta, los delitos (e intentos) más habituales continúan siendo el robo de la mochila, de la cartera o del teléfono móvil. Algo generalizado en ambos sexos, aunque despuntan los atracos y las amenazas solo hacia los hombres. Además, por primera vez las entrevistas han incorporado una pregunta exclusiva sobre las agresiones sexuales. Si bien el 0,7% de las mujeres ha admitido ser víctima, solo el 0,2% de los hombres ha respondido afirmativamente. Tal como ha señalado el comisionado, detrás de esta cifra suele haber silencio o negación por vergüenza o falta de intimidad.

POCAS DENUNCIAS

Otro de los ítems sobre los que ha arrojado luz la encuesta es el bajo nivel de denuncias que se registran. Ni siquiera uno de cada cuatro delitos son denunciados en las dependencias policiales. Una cifra ante la que Recasens admite una necesaria “reflexión” sobre cómo reconducir el tema. “Alguna cosa no funciona”, apunta. Según los encuestados, en muchas ocasiones prefieren no presentar denuncia porque los objetos hurtados son de bajo valor; porque no lo consideran necesario o porque tienen poca fe en lo que pueda hacer la policía, entre otros motivos.

Ítems que desde los cuerpos policiales toman nota, pero insisten en la necesidad de denunciar, “no solo para la recuperación del bien hurtado o robado, sino porque el conocimiento de estos hechos permite trabajar mejor a la policía”, explica responsable de seguridad en el consistorio.

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