Varios testigos le han señalado como el autor de un tiroteo en el bar del Poble-sec en 2016, en el que resultaron heridas de bala tres personas. En cambio, el acusado ha negado que estuviera en el lugar de los hechos y y ha afirmado que estaba de paso en Barcelona porque su residencia habitual se encontraba en Florencia (Italia).

La Fiscalía pide 28 años de cárcel para el acusado, al que imputa el delito de tentativa de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas. Según los Mossos d'Esquadra, el tiroteo responde a un enfrentamiento entre dos bandas de narcotraficantes de origen dominicano.

El acusado habría utilizado un arma semiautomática con la que disparó a tres personas. El que se llevó la peor parte, cuatro tiros, murió meses después en otro tiroteo en la avenida Meridiana. Por este motivo, no ha podido testificar en el juicio que se ha celebrado este martes y que se ha suspendido después de que uno de los testigos de la defensa no se haya presentado.

EL MUERTO IDENTIFICÓ AL ACUSADO

Pese a no haber podido testificar en el juicio, el herido más grave identificó al acusado tras el tiroteo y también le facilitó su identidad al agente de los Mossos d'Esquadra que le tomó declaración.

Tres de los testigos que han acudido a la sección quinta de la Audiencia de Barcelona donde se está desarrollando el juicio han declarado detrás de una mampara para que el acusado no los pudiera identificar. Dos, además, lo hacen en calidad de testigos protegidos, por lo que tampoco se ha filtrado su nombre.

MUERTES RELACIONADOS CON EL CASO

Posrteriormente a este tiroteo, la víctima qu sufrió cuatro disparos falleció en otro tiroteo en la Meridiana, pero no fue el único muerto al que se relaciona con esta presunta pelea de bandas dominicanas. A principios de 2017, se encontró a un hombre muerto en un descampado de Sant Joan Despí y otros dos jóvenes murieron a tiros en El Prat de Llobregat.

Fruto de la investigación de los Mossos d'Esquadra, cuatro personas fueron detenidas el pasado mes de julio, a los que se vincula con este último crimen ocurrido en El Prat de Llobregat. La policía catalana ha trabajado desde el primer momento con la hipótesis de que estos crímenes están vinculados con la guerra que mantienen desde el 2016 dos clanes dominicanos vinculados al narcotráfico.