Sábado de madrugada, tres menores de origen argelino yacen en el suelo del metro inconscientes y custodiados por la policia, como consecuencia del consumo de 'pegamento'. Una peligrosa droga, también conocida como 'cola', que tiene efectos fatales en el sistema nervioso.
En este caso, los jóvenes junto a otro mayor de edad, se encontraban robando en el metro de Vila Olímpica hasta que una pareja de seguridad se percata y los detiene. El mayor sale corriendo y los otros tres son retenidos, pero minutos después pierden el conocimiento y acaban en el suelo de la estación ante la mirada de los turistas que se dirigen a la zona de fiesta del puerto.
Las trabajadoras del metro nos cuentan indignadas que este es su día a día. "Es algo habitual", dicen. “Esto va a más y cada vez son más jóvenes esnifando 'cola' y robando en el metro para pagársela. Desde arriba (el ayuntamiento) dicen que ponen medidas pero esto no para de crecer, y nosotros no vemos cambio alguno.” comentan.
Tras casi una hora esperando a los Mossos d’Esquadra aparece una pareja de paisano y discuten junto a las trabajadoras del metro qué hacer con los jóvenes. "Los servicios están saturados", aseguran y añaden indignados que no hay medios suficientes para abordar esta problemática. Uno de los mossos se atreve a hablar y nos explica: “Hoy sábado somos muchos, 3 patrullas para todo el distrito de Sant Marti, pero normalmente somos dos o incluso algunas noches, una. Hacemos lo que podemos, pero ni siquiera la fiscalía quiere atender a estos menores”.
Menores que se escapan de los centros para robar y pagar así su adicción al pegamento, carteristas cada vez más violentos, peleas constantes y polícia sin recursos para atender a todas las llamadas. Insisten en que quieren que los medios de comunicación se hagan eco de esta situación, como herramienta de presión para conseguir un cambio y soluciones a corto plazo, aunque reconocen que es difícil abordar este tema.
MENORES ADICTOS Y CON SARNA
El debate sobre qué hacer con los 'niños de la cola' continua mientras intentan despertarlos como pueden, sin tocarlos demasiado. El más mayor de 16 años, según nos muestra uno de los mossos, tiene indicios en la pierna izquierda de sarna. "No solo en la calle. También, recibimos llamadas de los centros de menores con peleas. Son jóvenes conflictivos que a veces amenazan a los propios educadores con cuchillos o lo que encuentran", afirma el agente.
Al despertarse, dos de ellos explican que tienen 16 y 14 años, que vinieron desde Argelia a España hace aproximadamente un año. Viven en el centro de menores de Hostafrancs pero suelen menudear por las calles del centro de Barcelona en busca de droga y de víctimas a las que robar. La conversación no dura mucho más, ya que vuelven a caer inconscientes.
Tras dos horas esperando a que aparezca una patrulla de Mossos d'Esquadra acondicionada para llevarse a los menores al centro al que pertenecen, uno de los adolescentes recupera la consciencia, se levanta y se marcha a pie dejando allí al resto. Al tiempo que un grupo de marroquíes se acerca e identifican al más pequeño como "Foda". Un habitual que deambula por Plaza Cataluña, nos cuentan.
Durante el tiempo que esperamos a la patrulla, también somos testigos de una pelea entre dos chicas, de tráfico de estupefacientes y de la detención de un joven por llevar un arma blanca. "Y esto no es nada", comenta uno de los hombres de seguridad del metro y nos asegura que los 'niños de la cola' regresarán al centro de menores de Hostafrancs pero que volverán a escaparse en cuestión de días.