Tres acusados por un presunto secuestro a una mujer que les debía dinero han admitido los hechos este miércoles ante el tribunal que les juzga en la Audiencia de Barcelona y han exculpado al ex detective de Método 3, Julián Peribáñez, que también está entre los acusados. Los encausados Moisés C.V., Manuel P.P. e Iván G.P. han admitido a preguntas de la fiscal que retuvieron a la víctima durante tres días, entre el 29 de julio y el 1 de agosto de 2013, porque le reclamaban una deuda de 25.000 euros por una operación inmobiliaria que sospechaban que era una estafa.
El principal acusado, Moisés C.V., ha explicado que Peribáñez era su vecino en unos apartamentos de Gavà y que le pidió su ayuda porque se sentía víctima de una estafa, pero ha descartado que tuviera nada que ver con la retención de la mujer. En su declaración, Peribáñez ha explicado que ayudó a Moisés C.V. porque era su vecino y porque sabía que no tenía muchas nociones de contratos y operaciones inmobiliarias, al apenas saber leer y escribir, y porque fue una operación que le había dejado en una mala situación económica, pero que solo participó en una reunión e hizo algunas llamadas.
INSOSPECHABLE
Ha asegurado que para él "era algo insospechable" que la víctima pudiera estar retenida contra su voluntad porque al encontrarla en zonas comunes del edificio siempre la vio bien, rodeada de muchos otros vecinos y porque mantenía una estrecha relación de amistad con Moisés C.V. Tras la declaración de los acusados, la Fiscalía ha modificado sus conclusiones y ha rebajado la petición de condena para los cuatro. De ocho años de cárcel a pasado a solicitar dos años por un presunto delito de secuestro, al incluir los atenuantes de dilaciones indebidas del procedimiento y reparación del daño, ya que los acusados han abonado los 8.000 euros de indemnización a la afectada.
Además, el Ministerio Público pide condenar a una multa de 90 euros al principal acusado, Moisés C.V., por una falta de lesiones al haberle propinado un puñetazo a la mujer. Las defensas de tres acusados se han conformado con la petición de la Fiscalía, mientras que el abogado de Peribáñez ha pedido su absolución, y ha planteado como alternativa que se le condene solo como cómplice y no por delito de secuestro sino por coacciones.
LA VÍCTIMA PODÍA SALIR
La víctima del secuestro ya declaró el miércoles 30 de enero como testigo. Durante su declaración descartó que el ex detective participara en la retención, además de que afirmó que no estuvo encerrada: "Lo cierto es que yo podía salir". En esa segunda sesión del juicio, la víctima dio un giro al relato al admitir que en todo momento podía salir de los pisos donde estuvo con sus supuestos captores y que si se quedó era por "miedo" porque tenía una deuda con uno de ellos, el principal acusado Moisés C.V., a quien le debía 25.000 euros por una operación inmobiliaria fallida.
La víctima explicó que la deuda procedía de una intermediación que hizo con un profesional para una operación inmobiliaria, a quien le entregó los 25.000 euros de Moisés C.V. en metálico, y que después lo único que trató era recuperar el dinero para devolverlo. Dos mandos de investigación de los Mossos d'Esquadra testificaron en el que Peribáñez, acusado en el procedimiento, "asesoraba en todo momento" al supuesto líder.
AMARRE
El agente de la Unidad de Secuestros y Extorsiones que redactó el atestado del caso declaró como testigo que los cuatro acusados hicieron un "amarre" de la víctima: Le permitían hacer gestiones con su teléfono para obtener el dinero que le reclamaban por una supuesta deuda, pero la tenían retenida y controlada en todo momento. Según la Fiscalía, los hechos se remontan al 29 de julio de 2013, cuando Moisés C.V. reclamó a la víctima 25.000 euros que le había entregado en concepto de intermediaria para una operación inmobiliaria, y la retuvo durante tres días para que consiguiera el dinero en "lugares donde la víctima estuvo encerrada y privada de su libertad ambulatoria".
A las 13.15 horas del 1 de agosto de 2013, los procesados Manuel P.P. e Iván G.P. fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra cuando salían junto a la víctima de una oficina de correos de Gavà, donde habían ido a cobrar un giro del marido de la víctima, y ella pudo ser liberada.