Una quincena de agentes de la Guardia Urbana y vecinos de los alrededores de Can Dragó se han enfrentado durante una protesta vecinal. La comunidad no aprueba el pipican que el Ayuntamiento de Barcelona está construyendo. Durante la discusión algunos vecinos han caído al suelo y han tenido que ser atendidos por los servicios médicos. 

 

 

 

 

La propuesta que ha hecho que empezase el conflicto reclama que el pipican que está construyendo el consistorio se desplace 300 metros. Aseguran que el equipamiento municipal molestaría al vecindario con el ruido y el olor y que podría provocar problemas de salubridad y dificultades para los niños que entrenan en el campo de fútbol colindante. La comunidad de vecinos tiene el apoyo de todos los partidos de la oposición, pero el Ayuntamiento se niega a retroceder en su decisión y continúa con las obras. 

 

 

LOS VECINOS DEL BARRIO DE PORTA PROPONEN ALTERNATIVAS

Los vecinos proponen una solución sencilla y coherente: reubicar el pipican a unos 70 metros, donde actualmente hacen sus necesidades los perros de la zona. Además proponen modificar el espacio donde el consistorio quiere habilitar el espacio canino para hacer una zona de gimnasio, una canasta de baloncesto o mesas de pin pon. 

 

Parque infantil de Can Dragó donde actualmente hacen sus necesidades los perros / TWITTER



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