Un taxista de Barcelona sufrió un infarto el pasado 15 enero después de ser víctima de un atraco. El conductor tuvo que ser ingresado en un hospital tras repeler el ataque por parte de dos hombres que se habían subido al vehículo en el Port Olímpic.
Los dos ladrones le dijeron al taxista que su destino era el metro de Torrassa, en L'Hospitalet de Llobregat. Tras circular unos minutos por la Ronda Litoral y después de pasar el cementerio de Montjuïc, los viajeros le comentaron que finalmente se quedaban en la Zona Franca, una decisión que hizo sospechar al conductor.
SALTO CON EL COCHE EN MARCHA
En un momento determinado, uno de los hombres agarró a la víctima que tuvo que detener el vehículo. El segundo viajero salió del coche y se dirigió a la puerta del taxista con un cuchillo en la mano. El conductor pudo defenderse, evitó el ataque y pisó el acelerador mientras seguía forcejeando con el otro asaltante que se encontraba en el vehículo.
I.
Tras unos segundos de lucha entre ambos hombres, el ladrón saltó del vehículo en marcha y se alejó corriendo del lugar. El taxista, que activó el mecanismo de seguridad que conecta con el servicio de emergencias, llamó a la policía para informar de lo ocurrido. A causa de la impresión por todo lo sucedido, el hombre sufrió un infarto.
AUMENTO DE LOS ROBOS
El sector del taxi pide más protección para sus trabajadores y denuncia que las agresiones han aumentado un 76% este 2019 respecto a 2018. Para frenar los ataques, los sindicatos proponen la instalación de cámaras en los vehículos, algo que el Institut Metropolità del Taxi no está, de momento, dispuesto a permitir.
Los ataques con arma blanca han ido creciendo mientras que la mayoría de robos son hurtos y estafas, con clientes que se niegan a pagar. Los taxistas se protegen entre ellos mediante la difusión de imágenes de los ladrones en los numerosos grupos de Whatsapp con los que se comunican los 10.523 taxistas del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), la mayoría de ellos en la ciudad condal.
DISPOSITIVO DE SEGURIDAD
Élite Taxi, el sindicato mayoritario, reclama desde hace cinco años la renovación del dispositivo de seguridad, con el refuerzo de otros mecanismos como señales acústicas o luminosas. En la mayoría de casos, dice la asociación, cuando los agentes llegan al lugar el delincuente ha desaparecido.