El dueño del bar Buenavista de Sants cree que el ladrón conocía bien su local. A mediodía la persiana ya estaba forzada, según le cuenta una vecina. A las cuatro de la madrugada del lunes alguien entró y saqueó su negocio. El ladrón (o ladrones) se llevó la caja registradora con dinero efectivo en su interior y tres objetos de valor, incluido un ordenador portátil. El martes, un bar del Gòtic sufría el mismo destino y este miércoles el restaurante Bacaro, a unos pasos de la Boquería también era saqueado.
La parálisis económica que la pandemia ha empujado a Barcelona no frena los robos con fuerza en el interior de los comercios. Si al inicio del confinamiento algunas farmacias sufrieron atracos en horario de apertura, los ladrones están aprovechando el cierre de bares y restaurantes para robar lo que sea de valor en su interior.
En el Raval, el Bacaro ha sido la última víctima de estos robos cometidos en tres días. El negocio se dedica estos días a hacer pedidos a domicilio, la única salida que encuentran algunos restaurantes durante la pandemia. En el Gòtic, los ladrones se llevaron, entre otros objetos, el equipo de música del bar. Hace un par de semanas, también entraron en un negocio con productos de pesca, en la calle Petritxol.
DELINCUENCIA A MEDIO GAS
Los Mossos d'Esquadra recuerdan que los hechos delictivos en toda la ciudad han caído en picado. Pero subrayan también que en ningún caso han desaparecido. En la Barceloneta, los atracadores han cambiado de objetivos. A falta de turistas no dudan en atracar a vecinos y trabajadores. Una pequeña oleada de atracos hace unas semanas empujó a la Asociación de Vecinos la Barceloneta a reclamar hasta en tres ocasiones más patrullaje policial al Ayuntamiento de Barcelona.
Ciutat Vella siempre ha concentrado la mayoría de delitos en la ciudad. A falta de datos, todo apunta, por los relatos de los vecinos, que esto no ha cambiado. El trapicheo de drogas no ha cesado durante el confinamiento, sobre todo en el Raval. Desde hace pocos días, la droga empieza a correr con más intensidad en el Gòtic. Así lo explican desde Fem Gòtic y la federación de asociaciones de comercios Barna Centre.
TRAPICHEO EN EL GÒTIC
Un vecino del Gòtic denuncia en las redes sociales que en la esquina de la escuela Drassanes "ya puedes encontrar lo que quieras", ya sea drogas o cerveza. Tras un largo letargo, los lateros también han vuelto. Se despliegan otra vez por la calle Nou de Sant Francesc, donde este martes los ladrones han entrado en un bar.
Un par de camellos se ha vuelto a adueñar de la estrecha intersección de las calles Rauric, Tres llits, Lleona y Escudelles Blancs. A diferencia de las últimas semanas, los vendedores se plantan de buena tarde.
INSEGURIDAD
En el Raval, los vendedores ya vuelven a ofrecer droga a los transeúntes sin disimular. Desde Amics de la Rambla, aseguran que la sensación de inseguridad entre los vecinos es una evidencia. Lanzar la basura se convierte, en ocasiones, en un acto de valentía. La falta de turistas, muchas veces la fuente de ingresos de las personas que viven en la calle con problemas de adicción, causa que este colectivo pida dinero con más agresividad.